Los tres nuevos concejales de Gent, durante la asamblea del lunes | Gemma Andreu

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La alcaldable de Ciutadella, Joana Gomila, quiere conformar «un buen equipo de gobierno con independencia de la adscripción de cada concejal a uno u otro partido». La concejal del PSM ganadora de las elecciones pretende que el grupo surgido de un eventual pacto con el PSOE y Gent x Ciutadella «esté coordinado, y adolezca de áreas estancas» para así transmitir a la ciudadanía «que existe otra forma de hacer política».

Los contactos se iniciarán este fin de semana, sin fecha todavía, y se centrarán en debatir las propuestas programáticas y sobre cómo estructurar el Ayuntamiento. Antes de terminar las negociaciones, el PSM se reunirá también con PP y UPCM para comprometerse a «tenerles debidamente informados de cualquier propuesta. No quiero que pasen lo mismo que nosotros en la oposición».

«Lo que se quiere -ahonda Sergi Servera, número dos de Gent- es que no sea un gobierno de tres partidos, sino unido. En cierto modo, se trata de evitar reincidir en los errores que habrían cometido los dos partidos de izquierda tradicionales en mandatos anteriores». El último ejemplo, entre 2009 y 2011, etapa que concluyó con una nueva mayoría electoral para el PP en las urnas.

«Por nuestra parte», remarcó Servera, «también intentaremos que el futuro gobierno sea transversal y, aunque determinada área la lleve uno u otro partido, todos podamos participar o, al menos, tener conocimiento directo de lo que se está haciendo».

La asamblea de Gent x Ciutadella sentó anteayer las bases de la negociación que Joana Gomila quiere iniciar este mismo fin de semana. La agrupación de electores formada por Podemos y EU antepondrá su código ético y «las medidas de urgencia y rescate ciudadano», en el sentido de garantizar a toda la población los servicios más elementales. «No permitiremos que se corte la luz o el agua a nadie», ahondó Nati Benejam, número uno de Gent.

Los tres jóvenes concejales priorizan «estructurar el Ayuntamiento para que la gestión funcione al mero reparto de cargos. Ciutadella no puede permitirse otros cuatro años de parálisis».