Chalé a la venta en la urbanización de Cala Llonga, en Maó. Los precios se han estabilizado y a pesar de la escasa demanda, los propietarios ya no los bajan. | Javier Coll

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No hay señales de reactivación en el mercado inmobiliario menorquín, los precios de la vivienda vacacional están próximos a tocar fondo y los compradores son sobre todo extranjeros, un 60 por ciento frente al 40 por ciento de los nacionales. Estas son algunas de las conclusiones del último informe de la compañía de tasación TINSA, correspondiente al segundo trimestre de este año y específico sobre las zonas costeras españolas.

El análisis del mercado insular evidencia que no se han reactivado las promociones que quedaron paralizadas con la crisis y que la actividad es casi nula. «Los pocos proyectos que se han iniciado son de autopromoción, prácticamente no existe obra nueva en curso ni una reactivación del mercado del suelo», apunta TINSA.

El nivel de stock de obra nueva en Menorca es «residual» y el mercado de segunda mano muestra precios estables. Aunque no existe una demanda abundante, lo que demuestra el estudio es que los propietarios no van a bajar más los precios y que éstos están próximos a tocar fondo. El papel del mercado del alquiler en la zona se ve reflejado en el alquiler turístico, añade TINSA, ya que la existencia de alquiler residencial para todo el año «es irrelevante».

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