El concurso de disfraces de temática japonesa fue el gran atractivo de la tercera edición | Josep Bagur Gomila

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«Lo anormal ahora es ser normal. Ser friki está de moda». Lo decía ayer, tras saludar a un par de alumnos, un profesor de Literatura y Lengua Española a la entrada de la tercera edición de la Feria de la Cultura Japonesa, que se celebró ayer en Es Mercadal. Cuando se le pregunta por su nombre, responde que es Sanji, el del personaje del que va disfrazado, de la serie «One Piece», para participar en el concurso de cosplay. Acto seguido me recomienda que eche un vistazo a esa producción de dibujos animados, aunque advierte que tenga cuidado «porque engancha mucho».

Al final, Sanji no tuvo suerte en el concurso, ya que el premio fue a parar a manos de Óscar Nieto, quien se metió en la piel de uno de los protagonistas del videojuego «Mass effect». Mucha gente disfrazada ayer en el Recinto Ferial, más que otros años y con un mejor nivel, reconocía uno de los miembros del jurado, Christian Timoner, de 16 años. El joven de Ciutadella es un apasionado de todo lo relacionado con la cultura japonesa y se define sin ningún reparo como un friki. «Para nosotros no tiene ninguna connotación negativa; lo somos con mucho orgullo», relata el joven, quien destaca la buena labor que hacen festivales como el que se celebró ayer para crear una comunidad en torno a la afición por lo japonés. «Yo vine solo el primer año y gané el concurso de cosplay y ahora soy uno de los administradores del festival», explica.

Se ve que la moda ahora es disfrazarse de anime deportivo, a la vista de lo que se pudo ver ayer en Es Mercadal, pero no obstante los referentes más clásicos, como Pokemón o Bola de Dragón, siguen teniendo tirón. Así lo confirma Paula López, de 17 años, quien confiesa que entró en este mundo porque su padre ya era aficionado. «Es algo heredado, pero creo que si no hubiera sido así también habría encontrado yo sola el camino», confiesa mientras una des sus compañeras relata cómo está aprendiendo japonés sin pasar por una academia gracias «a ver series subtituladas en Youtube».

Y es que al final resulta que en Menorca hay más amantes de la cultura japonesa de lo que en un principio pudiera parecer. Sin embargo, no hay mercado para crear tiendas y negocios específicos orientados a ese campo, según relata Bernat Mir desde un puesto de venta de cómics y manga. Aunque quien saben en el futuro, ya que tal y como comenta «ser friki ahora es cool». Cada vez más, los participantes acuden a la cita con disfraces temáticos.