El ministro de Asuntos Exteriores, ayer tarde, en Ciutadella bajo la mirada de Javier López-Cerón | Josep Bagur Gomila

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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, llegó este miércoles a Menorca con su esposa, Isabel Barreiro, a bordo del «Canopus», «un velero -precisó- que es de unos amigos, con los que vamos a dar otro año la vuelta a la Isla».

Procedente de Mallorca, atracó en el Moll de la Trona, del puerto de Ciutadella, donde ayer tarde pudimos recoger sus impresiones, antes de recorrer el centro histórico de Ciutadella, acompañado por el director insular de la Administración General del Estado, Javier López-Cerón.

«Aquí vengo a cargar pilas, porque Menorca y las Balears son una maravilla natural que visito todos los veranos desde hace 24 años», explicó el titular de la cartera de Asuntos Exteriores, quien auguró que «este próximo curso político va a ser muy intenso, marcado por la doble convocatoria de las elecciones autonómicas catalanas y las elecciones generales, que señalan el final de la legislatura».

El ministro repite cada año el mismo itinerario, que le permite recorrer todas las islas. Empieza en Formentera, fondea junto a la isla de Tagomago (Eivissa), y después pone rumbo a Mallorca, donde atraca en los puertos de Andratx, Sóller y Pollensa antes de dirigirse a Menorca.

El año pasado recorrió el centro de Maó y este año, tras amarrar en Ciutadella, visitó la ciudad de poniente. Este jueves zarpará con el objetivo de saborear la caldereta de langosta: «Una liturgia gastronómica obligada».