Puesta en escena. Jacob acostumbra a maquillarse para cada uno de los conciertos

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Su sueño es ser hippie, pero lo suyo es más el rock duro como se puede comprobar en los dos álbumes, «Unlimited» (2010) y «Join the party» (2014), publicados con su banda StOp, sTop!, toda una sensación del movimiento underground europeo pero con poca repercusión en España. Jacob (Ciutadella, 1980) nos cuenta cómo ha sido su historia, nada fácil en los comienzos pero siempre divertida.

Desde que cumplió los 18 años se ha convertido en una auténtica rolling stone: Barcelona, Milán, Los Ángeles... ¿Por dónde para ahora cuando no está de gira?
—Eso de Barcelona, Milán y Los Ángeles son historias diferentes a las giras que hago actualmente con mi grupo StOp, sToP! Son viajes que me pegué años atrás en busca de los miembros adecuados para la banda. Hemos estado girando sin parar los últimos cuatro años por países como Reino Unido, España, Portugal, Bulgaria, Alemania, Suiza o Estados Unidos. Normalmente no solemos tener mucho tiempo libre; no obstante, donde más giramos es en Reino Unido y cuando no tengo conciertos seguramente me encontrarás tomándome una pinta en algún garito rockero de la zona de Birmingham, la ciudad del heavy metal, que es donde vivo.

Dice en su resumen biográfico que todo lo que ha hecho hasta ahora ha sido para perseguir su loca pasión y su sueño... ¿Podemos decir que lo ha conseguido?
—Siempre lo he apostado y arriesgado todo por mi sueño y si mañana tuviera que empezar de nuevo, lo volvería a hacer. Mi sueño, desde muy pequeño, era estar siempre de gira como un hippie, también vivir de la música y tener a unos compañeros de banda que fueran más que amigos, hermanos. Y sí, todo esto se ha hecho realidad y soy muy feliz. Desde hace un tiempo, simplemente me dedico a vivir el día a día y a disfrutarlo como si fuera el último y ¡sienta genial!

¿Qué recuerdos tiene de cuando vivía en una furgoneta detrás del famoso club Whiskey a go go en Sunset Boulevard en L.A.?
—Eso fue hace unos diez años. Entonces mi único objetivo era encontrar a la gente adecuada para mi banda y establecerme en algún lugar donde hubiera más oportunidades en el ámbito musical rockero. Al no encontrarlo en España, decidí a ir donde el cuerpo me pedía. Uno de los destinos fue Los Ángeles porque muchas de las bandas que me gustan salieron de ahí y pensé que era buena idea. Tras un tiempo allí, me quedé sin casa, tocando en la calle por unas monedas, viviendo en una furgoneta detrás del Whiskey a go go y, muchas veces, metido en fiestas de desfase con escenarios de espaguetis pegados en el techo, sofás volteados, drogas por todos lados, gente inconsciente en el suelo y ni rastro de rock and roll. Así que poco tiempo después me volví a Barcelona bastante decepcionado. Y, como nunca sabes dónde pueden ocurrir las cosas, fue precisamente allí donde encontré a los definitivos miembros para la banda: Mr.Vega a la guitarra y Danny Spasov a la batería. A partir de ese momento fue cuando empezó a suceder todo para mi grupo StOp, sToP!

Supongo que los inicios no serían fáciles, pero sí muy divertidos...
—Desde tocar en la calle por unas monedas a vivir de la música y girar por todos lados, hay un caminito de «prostitución» considerablemente largo, y que aún sigue. Después de años intentándolo todo en España, me planté con mis compañeros de grupo y propuse seriamente meter unos calzoncillos limpios en la maleta, comprarnos una furgoneta y salir por patas del desastre de país... No nos lo pensamos dos veces; dejamos los trabajos, con nuestros ahorros compramos la furgo y bye, bye Spain. Inglaterra fue el destino. Algo habíamos escuchado sobre la sana escena de la música en directo que hay en Reino Unido y pensamos que era la mejor opción. Allí nos fuimos en noviembre de 2011. Los primeros meses estuvimos viviendo en la furgoneta, pasando un frío terrible. Lo más bonito de todo fue lo mucho que nos apoyaron desde el primer momento, pero tuvo que pasar mucho tiempo de lucha hasta llegar a consolidarlo...

Pero un buen día todo cambió...
—Tras una serie interminable de conciertos para públicos de cinco o diez personas, dándolo todo como si no hubiera un mañana y aguantando a un mánager que nos estafaba, tuvimos la gran suerte de ser salvados y adoptados por una mujer muy peculiar, Donna Holton, ex-novia del famoso guitarrista Gary Moore y ex-mujer del actor y músico Gary Holton. Esta encantadora mujer nos encontró, se enamoró del grupo y nos abrió la puerta de su casa, lo que nos ayudó mucho a sentar las ideas, a estabilizarnos y a empezar a planear conciertos de manera más enfocada y eficaz. La gente empezó a seguirnos y la banda pronto funcionaba a todo gas, hecho que nos dio la oportunidad de empezar a vivir de la música.

¿Cuánto tiempo llevan en el Reino Unido?
—Unos cuatro años, sin parar de girar por aquí y desde hace dos, por otros países del mundo también. Todo sin un duro de promoción detrás, solamente con la ayuda del boca a boca, haciendo conciertos en todo tipo de garitos inmundos e intentando entretener a sus asistentes, hacerles bailar y cantar tus canciones que no conocen para, al final de la noche, desmontar, cargar y conducir hacia la siguiente ciudad. Eso es el rock and roll para mí... Fue muy divertido en los principios y sigue siéndolo aún hoy día. De tocar para 5 personas hemos pasado a noches de 5.000; han pasado muchas anécdotas divertidas.

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Y, al final, es una estrella con giras enormes. ¿Cuántos conciertos ofrece la banda al año?
—Gracias por lo de estrella, pero no. Yo sigo siendo el mismo hijo de vecino de Cala Morell, prefiero dejar el concepto de «estrella» para los que van a concursos de la tele buscando fama. Aunque hagamos giras mundiales, el grupo tiene sólo éxito en la escena underground, por lo que seguimos sin tener suficiente repercusión en medios. Como es habitual, todo lo que suena fuera de lo comercialmente correcto no es válido para radios o teles... Y, por cierto, eso causa terribles consecuencias en la educación de la juventud. Sin embargo, nos hinchamos a conciertos, hacemos unos 200 al año. Hemos tocado en festivales internacionales de Estados Unidos y Alemania, hemos teloneado a grandes grupos del hard rock y hemos compartido escenario con bandas como por ejemplo Hardcore Superstar, Sinner, The Poodles o hasta con UB 40... ¡No nos podemos quejar!

Y para el 2016 ya tienen cerrados un buen número de conciertos....
—Sí, tenemos planeado seguir a tope girando sin parar. De momento tenemos ya conciertos en Italia, Suiza, Reino Unido, Alemania... Y a ver si tenemos la suerte de cerrar algunas fechas en España también, es difícil pero lo intentaremos.

Me cuentan que tiene fans que se han presentado en su casa para enseñarle tatuajes inspirados en la banda. ¿Cierto o leyenda?
—¡Sí, sí! ¡Es cierto! Es impresionante la fiebre que tienen algunos de nuestros fans con nosotros. ¡A veces me parece que soy John Lennon¡ Últimamente se ha puesto de moda entre nuestros seguidores que les firme y les escriba el nombre del grupo en cualquier parte del cuerpo y, a la mañana siguiente, se lo tatúan, ¡es muy raro¡ Se han llegado a tatuar el retrato de los tres miembros del grupo, la guitarra de Mr. Vega o incluso nuestros autógrafos... ¡Es brutal! Nuestros fans son geniales, tenemos un club de más de 1.300 miembros. Se hacen llamar mofos, que es la abreviatura en inglés de motherfuckers, porque como no paro de decirlo por el micro, ¡al final se les ha quedado!

Sin embargo, el nombre de «StOp, sToP!» suena más en Europa que por España. ¿Planes para venir a Menorca?
—En España sólo nos conocen nuestras madres (risas). Bueno, es diferente en Barcelona donde sí tenemos cantidad de fans y muy leales. Ha habido intentos de traernos a Menorca más de una vez pero al final se ha quedado en nada. De todas maneras, no sé si funcionaríamos allí, perturbaríamos la tranquila fauna de la isla (risas). Bueno, ¿por qué no? Un poco de caña y locura no le hace daño a nadie.

Pese al éxito, recurren al crowdfunding para financiar sus discos. ¿Prefieren ir por su cuenta?
—Sí, preferimos ir por nuestra cuenta. Si quieres que tu cama esté bien hecha, ¡háztela tú mismo! Pero no recurrimos al crowdfunding exactamente, que simplemente consiste en pedir dinero a los fans. Nosotros preferimos hacerlo a nuestra manera: en vez de pedir dinero, sin más, decidimos hacer fundraising, que es una recaudación de fondos para la grabación del próximo disco basado en vender reliquias del grupo o subastando otras, tales como posters firmados, prendas de ropa usadas en el escenario, etc. Por ejemplo, hace poco subastamos por unas 200 libras el asiento de batería que usamos en la última gira. Últimamente es cierto que entre el fundraising y las ventas en conciertos de artículos de promoción, tipo camisetas, los ingresos han aumentado y creo que pronto llegaremos a la cantidad esperada, unos 8.000 euros, que es más o menos el presupuesto mínimo para grabar un disco en condiciones.

¿Cómo definiría el estilo propio de StOp, sToP!?
—Es como si pusieras a Deep Purple, Led Zeppelin, Guns & Roses, AC/DC, Alice Cooper y Kiss, salvando las distancias, en una batidora y lo sirvieras con un toque fresco de locura gratuita. Si no has acabado sudado y con una sonrisa después de uno de nuestros conciertos, te devolvemos el dinero.

¿Hace mucho que no para por Menorca?
—Estuve este verano cinco días en agosto pero ya hacía más de un año que no iba. Es difícil hacer coincidir mi vida profesional con la personal, y visitar a mi familia se hace a veces casi imposible. Aunque tengo mucha suerte porque ellos siempre me apoyan y lo hacen todo muy fácil para mí.

¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?
—El clima, las playas, la buena comida y Sant Joan, que hace tres años ya que no puedo ir. Lo que no echo de menos son algunas mentalidades retrógradas que no hacen más que estropear la preciosa isla. Después de muchos años dando vueltas por el mundo con mi música, es la primera vez que un medio de comunicación de Menorca se interesa por mi historia y mi banda. ¡Es Diari de Menorca rocks!