Defiende Juan García que en el Ayuntamiento de Ciutadella solo percibe dietas por asistencia a pleno, por lo que defiende su derecho a buscarse a la vida, a encontrar un trabajo con igualdad de oportunidades respecto al resto de ciudadanos. Su aval, expone, es un curriculum en el que se combinan una formación suficiente y una experiencia significativa en tareas relacionadas con la encomendada por el Ayuntamiento de Sant Lluís. Además de haber pasado un proceso de selección, aunque no sea con puntuación.
Juan García continuará como concejal en Ciutadella, y explica que ha tenido que acudir en busca de un sustento económico al Ayuntamiento de Sant Lluís porque en el reparto de áreas de Ciutadella no se consideró oportuno que obtuviera una dedicación, algo que lamenta. No es un concejal que aparezca mucho en los papeles, lo que reforzaría la tesis de que Morlà desconocía su condición, aunque cabe recordar que el PSOE forma parte del gobierno en Sant Lluís.
La designación de García no tendría nada de especial si hubiera sido un cargo de confianza convencional. Pero el equipo de gobierno optó por un concurso público, aunque sin baremos ni pruebas, por lo que la elección de una persona afín crea cierto resquemor. Levantó la pista la oposición, el PP, desde cuyas filas, y tras conocer el nombre de elegido, refuerza su tesis de que «han hecho perder el tiempo a 65 personas», dice Cristóbal Coll. «Si querían hacerlo así, que no hubieran montado este paripé».
Coll informa de que tiene varias preguntas al respecto entradas en el Ayuntamiento que todavía no ha respondido el equipo de gobierno, «para que expliquen un problema que se han creado ellos». El PP está también a la espera de una comunicación oficial sobre la elección del nuevo director.
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