Menorca vive su particular jornada de terror con un buen número de fiestas | Josep Bagur Gomila

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Nos lo venden desde hace tiempo como Halloween, pero en realidad ya existe un nombre en castellano para esa fiesta que se celebra cada 31 de octubre, el de Noche de Brujas. Un evento que cada año que pasa coge más fuerza, especialmente entre los más jóvenes, y buena prueba de ello es que cada vez son más las fiestas temáticas que se organizan en las diferentes poblaciones de la Isla.

Y en ese sentido, uno de los centros más «terroríficos» ha sido Maó, donde a la tradicional Casa del Terror que cada año organiza la asociación de vecinos Capitán Doria, se sumaron ayer el Casal Jove (del Terror) y la asociación Camí de ses Vinyes, que celebró su particular fiesta, en la que convivieron las costumbres más tradicionales, como los buñuelos, con otras importadas, como la de conseguir golosinas a través del juego del truco o trato.

El terror en forma de fiesta, y con un túnel del miedo como principal atracción, también se pasó por Es Castell, así como por el Pla de Sa Creu y el Molí de Baix de Sant Lluís, donde los participantes tuvieron la oportunidad de tomar parte en talleres de maquillaje y dejar constancia de espeluznantes estampas en un photocall.


De punta a punta

El horror más festivo también se vivió en la otra punta de la Isla. Y es que en Ferreries también hubo un espacio para celebrar la Noche de Brujas, en este caso montado por los alumnos de instituto Biel Martí, que organizaron una fiesta para recaudar fondos de cara al viaje de final de curso.

En Ciutadella, el movimiento ya comenzó en la tarde del viernes con diferentes actividades lúdicas en el Centre Municipal d'Art, mientras que ayer tomó el relevo el Casino 17 de Gener, que montó una fiesta con todo lujo de tétricos detalles en lo que se refiere a la decoración, a primera hora para los más jóvenes y de noche para los adultos. Una madrugada perfecta para pasarlo terroríficamente bien.