La inversión prevista para arreglar el inmueble y reabrir el negocio es de 516.100 euros | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Es Castell y el Club Náutico de Villacarlos han firmado un convenio que dará estabilidad a la entidad social y deportiva y permitirá recuperar la actividad de restauración en el edificio público que es sede del club, mediante un proyecto de remodelación que supondrá una inversión de 516.100 euros.

La recuperación de la actividad de comedor y restaurante, ahora abandonada, es vita como vía de ingresos para el club, fundado en 1973. «La estabilidad en el disfrute de las instalaciones por el Club», según estipula el acuerdo, posibilita que se acometa la inversión para mantener la actividad, cuyo objeto social es fomentar el deporte en las modalidades de vela, piragüismo y actividades subacuáticas. El convenio fue aprobado en el último pleno del Ayuntamiento, con los votos a favor de PP, PI y Som y la abstención de PSOE. El alcalde subrayó que todos los grupos han participado en las conversaciones con el club.

El convenio, que sustituye al que estaba vigente desde los años 70, significa la cesión gratuita del inmueble por espacio de 20 años, con derecho a revisar el acuerdo dentro de una década y reservándose el Consistorio el derecho a cobrar un cánon del Club Náutico cuando, transcurrido ese tiempo, la inversión inicial ya haya sido amortizada.

El alcalde de Es Castell, Lluís Camps, destacó este lunes la importante rehabilitación que experimentará el edificio, situado en una zona de gran atractivo del municipio, en la Miranda de Calasfonts, con entrada también desde la cala, así como el hecho de que el convenio contemple además la recuperación para el uso colectivo del antiguo mirador, conocido como el Mirador de Sa Punta, al que ahora había que acceder a través de las instalaciones del restaurante.

Con la obra prevista se habilitará una zona de paso pública al mirador, desde la fachada marítima que da a la Illa Plana, y se eliminarán barreras arquitectónicas, con rampas adaptadas tanto al mirador como al restaurante. El edificio cambiará su aspecto con la incorporación de cristaleras y tendrá un acceso para clientes tanto en Sa Punta como en la calle Miranda de Calasfonts.

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