Los canddidatos al Congreso, en el debate en el Ateneu de Maó | Javier Coll

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La responsabilidad de la crisis económica, la eficacia de su gestión en manos del PSOE antes y el PP ahora, la justicia de sus efectos, la profundidad de la miseria generada y la veracidad, así como el precio, de la presunta recuperación centraron buena parte del debate electoral entre aspirantes a ocupar silla en el Congreso celebrado ayer por la noche en el Ateneu de Maó, como entidad organizadora. Se coló, sobre todo en boca del PI y Més per Menorca, la vertiente más balear, autonomista, nacionalista, pero sin mucha réplica ni contraposición por parte de quiene la eludieron.

El sexadebate, no hepta por ausencia de Ciudadanos, no generó grandes sorpresas porque cinco de los seis candidatos se ciñeron bastante a los discursos que sus compañeros de partido pronuncian tanto en Alaior como en Sóller, y en el caso de los partidos de implantación estatal, tanto en Sa Rovellada de Dalt como en la Gran Vía madrileña. Se repitieron consignas esperadas, incluso las alusiones directas parecían formar parte de un guión clásico. Mae de la Concha fue la menos encorsetada, incluso alardeó de no saber de todo. Por ejemplo, «no sé si mi partido tiene disciplina de voto».

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Joan Forcada del PI puso mayúsculo acento en el tema regionalista, con propuestas como el concierto económico o la gestión propia de determinados impuestos. Lo hizo con buen verbo y énfasis en el tema económico. Más colorista fue el discurso de Mae de la Concha de Podemos, que quiso traer al Ateneu invitados poco esperados como la cultura o la naturaleza, temas que según dijo, la preocupación de los tiempos actuales por la subsistencia no deja que despierten el suficiente interés.

Carlos Pons, de Unitat Popular, fue el que se sentó más a la derecha y el que habló más a la izquierda, con ataques a las multinacionales y distanciamiento del PSOE. No dudó en autodefinirse como rupturista, pese a su tono apocado. Nada de rupturismos quiso Javier Tejero, quien precisamente hizo todo lo contrario, apelar al pasado, a la herencia socialista para reclamar una nueva oportunidad en el Gobierno. Se remontó incluso hasta 1933, en un viaje hasta 2015, año en que, dijo, «España está peor que en 2011».

La frase de Tejero disparó la gesticulación de Águeda Reynés y los murmullos en la concurrencia. La quizá diputada del PP aplacó las constantes alusiones críticas con resultados macroeconómicos y dotó de fuerza verbal los dogmas de la campaña popular desde Es Castell hasta Finisterre. Al PSOE le atizó con especial vehemencia.
Leonor Berja, de Més per Menorca, también se traía el guión aprendido, y fue la que combinó con mayor equilibrio la reivindicación de justicia en financiación y transporte para Balears, con la consabida crítica a la injusta, a su entender, gestión que se está llevando a cabo de la crisis. Ya queda menos.