La exalcaldesa de Maó y número 3 al Congreso, Águeda Reynés. | Javier Coll

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El perfil

Águeda Reynés (Maó, 1967) fue alcaldesa de su ciudad de 2011 a 2015. Casada y con dos hijos, trabaja en la Agencia Tributaria. Le gusta cocinar y estar en familia. Ha retomado sus estudios de Grado en Educación Social y reconoce que «querría y debería hacer deporte, pero tengo poco tiempo».

Personalizó el vuelco electoral en Maó en 2011, fue alcaldesa y se curtió en el gobierno. Ahora se sienta en la oposición municipal y ha vuelto a su trabajo en la Agencia Tributaria. Ha hecho coincidir unos días de vacaciones con la campaña electoral. Su objetivo: llegar al Congreso.

Diputada y líder de la oposición en Maó. ¿Será compatible?
— Yo creo que sí, tengo capacidad de trabajo. Mi intención inicial no era optar al Congreso, pero me animaron en el partido, me decidí y obtuve una mayoría de votos. Fue un ejercicio de democracia interna y agradezco el apoyo recibido.

¿No defraudará a quienes le votaron como alcaldesa?
— No, simplemente añado al compromiso con los mahoneses el compromiso también con todos los menorquines. No dejaré de ser portavoz del PP en el Ayuntamiento de Maó, ya que mi idea es volver a ser candidata a la alcaldía en 2019.

Se rompe el bipartidismo clásico ¿compite con C's o con el PSOE?
— La palabra competencia no me gusta. Debería buscarse lo mejor para los españoles, que es seguir en la senda de progreso que ha comenzado. Es necesaria una reflexión sobre dónde estábamos en 2011, con la amenaza de un rescate económico del país. Entonces no es que se cuestionara el congelar las pensiones, sino que directamente hubieran bajado. A la hora de decidir, los votantes tendrán que pensar en la experiencia, y nosotros hacemos propuestas realistas. En cambio, otros partidos parecen escribir cartas a los Reyes Magos.

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En el reciente debate televisivo a cuatro voces ¿consideró acertada la ausencia de Mariano Rajoy?
— El PP tiene equipos potentes y preparados para debatir. La diferencia es que al número dos de otros partidos ni se le conoce y por eso han planteado una campaña unipersonal. Cuando era alcaldesa siempre defendí el trabajo en equipo y además, el debate ha sido siempre con el jefe de la oposición. De todos modos, creo que Sáenz de Santamaría fue la mejor y no entendí que, si se presentan más partidos, solo participaran cuatro.

El PP defiende el sistema autonómico pero propone mejorarlo, ¿cómo?
— La Constitución es la garantía de que todos tenemos los mismos derechos pero se debe revisar la financiación. No puede ser que un ciudadano tenga unos servicios u otros, de más o menos calidad, por vivir en una determinada comunidad. Creemos en el sistema autonómico pero la financiación debe ser estable y suficiente, y también se deben definir más las competencias de cada Administración. Hay que trabajar en ello y buscar el consenso, y más ahora que se cuestiona la unidad de España.

¿Qué papel le toca a Menorca en todo ese debate territorial?
— Los menorquines queremos que se respete la ley, que es lo que ha garantizado el Gobierno de Rajoy. La cuestión de Catalunya, con la que tenemos vínculos especiales, tiene que solucionarse hablando, pero la unidad de España para nosotros es fundamental.

Régimen especial y transporte son problemas que se eternizan para la Isla. ¿Por qué?
— Se ha avanzado, independientemente del partido en el gobierno, con una mejora del descuento de residente y las obligaciones de servicio público, por ejemplo en la ruta que se perdió con Madrid al quebrar Spanair. Está claro que hay que trabajar más, y ese es un punto de encuentro político. En cuanto al REB de 1998, las modificaciones propuestas el pasado abril quedaron en stand by al entrar el nuevo Govern; ahora es el momento de recoger propuestas de todos los partidos.

¿A qué otra cuestión le daría prioridad si resulta elegida?
— A la educación, a conseguir un pacto como el que se firmó con las pensiones, para dar estabilidad y que la educación no esté pendiente de los cambios de gobierno. Porque así no hay manera de que funcionen las cosas.

¿Cómo se siente cuando se habla de corrupción y se culpa al PP?
— Nos ha hecho mucho daño, no solo al PP, a todos, yo creo que más incluso que cualquier ajuste económico. Entiendo que la gente se sienta mal pero no todos estamos en el mismo saco. El gobierno actual es el que más medidas ha puesto para atajar la corrupción, tenemos que se contundentes y estrictos, todos los corruptos tienen que pagar.

Disciplina de partido o libertad de voto, ¿qué elige?
— Tiene que existir la disciplina pero no todos los temas son iguales, algunos son morales y de ética de cada uno. Soy partidaria de un debate interno y previo a la votación, en el que se puedan reflejar todas las sensibilidades del partido. Y en algunas cuestiones, como hicimos en el Ayuntamiento de Maó con la reforma del aborto cuando yo era alcaldesa, poder dar libertad de voto.