Reynés y Pons Vila despidieron la campaña en Alaior, símbolo de la resistencia popular en la Isla. | Gemma Andreu

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El PP eligió anoche su mayor bastión electoral del momento, Alaior (donde gobierna con mayoría absoluta), para comprometerse a dar continuidad a la gestión de estos cuatro últimos años, que han «mejorado» la España heredada del PSOE en 2011. «La gente es lo suficientemente madura para valorar lo que es mejor para el país», remarcó Águeda Reynés, quien confía en que «Menorca no pierda diputados en el Congreso».

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Juana Francis Pons, quien aspira a seguir como senadora, pide incluso el voto «a quienes no son del PP y pueden valorar, al margen de las siglas, el trabajo de estos años. He defendido en todo momento lo que creía mejor para los menorquines».

Así que se toma los comicios como una «reválida personal», tras la que ya logró superar en su partido, al ser designada candidata con el apoyo del 46% de la Junta Insular. Pons Vila dice haber vivido en Menorca «una campaña de guante blanco, presidida por la corrección y que me ha hecho sentir cómoda», una impresión solo manchada por las acusaciones de «falta de ética» que recibió en un debate de la SER por su voto sobre las prospecciones.