Tur compareció cerca de la medianoche, junto a los dos candidatos y Elena Baquero | Javier Coll

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«El resultado no es nada bueno, no nos gusta». El secretario general del PSOE en Menorca, Vicenç Tur, reconoció con claridad su insatisfacción por los votos logrados en la Isla, ante lo cual no eludió responsabilidades. Tur interpretó que los votantes menorquines se han pronunciado en clave estatal, y esto ha conllevado que «Podemos ha aglutinado mejor las expectativas de cambio».

El PSOE pasa a ser la tercera fuerza de la Isla, a considerable distancia de PP y Podemos. Sus alrededor de 7.000 votos son una cifra solo equiparable a los sufragios obtenidos en 1979 (7.322) y menos de la mitad de los 16.813 de 2004. Pero para el secretario general se ha abierto un nuevo escenario que no admite estas comparaciones, «el porcentaje obtenido no tiene nada que ver con hace unos años, no se puede comparar, estamos ante un escenario más diverso».

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Ante esta situación, Tur considera que «hay que hacer un debate interno intenso» al mismo tiempo que «intensificar el trabajo» para recuperar la confianza de los menorquines. «Defenderemos el proyecto socialista desde donde nos han situado los ciudadanos». No escondió Tur que esperaban un efecto positivo de las políticas impulsadas desde la presidencia del Govern y la vicepresidencia del Consell, «pero se ha votado en clave nacional», y lo demuestra, dijo, que Podemos haya sido la segunda fuerza en la pugna por el senador, cuando su candidata no reside en la Isla.

En clave estatal, el secretario general cree que «se respira aire de cambio» con una pérdida de diputados «importante del PP, lo que permitirá pasar de una política de mayorías absolutas «al diálogo y la cautela». Destacó que el PSOE «es la primera fuerza de la oposición».

Por su parte, los candidatos Javier Tejero, al Congreso, y Gràcia Mercadal, al Senado, cumplieron con el protocolo de felicitar a los ganadores, agradecer el trabajo de sus compañeros y no entrar demasiado en materia. Mostraron buen ánimo a pesar de que no tendrán silla en Madrid, circunstancia que en el caso del Congreso acostumbraba a ser algo fijo para los socialistas menorquines.