Los turistas del Imserso, a las puertas del hotel donde este lunes terminan su estancia vacacional | Josep Bagur Gomila

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Descontentos pero sin opciones. Así regresan este lunes a Barcelona los turistas del Imserso que han pasado sus vacaciones en Sa Caleta, en Ciutadella. Las acaban con un regusto amargo, porque tendrán que coger un avión a Zaragoza primero y recorrer después 300 kilómetros hasta la Ciudad Condal en autobús, en plena jornada de la operación retorno de Semana Santa, ya que el Lunes de Pascua es festivo en ocho comunidades autónomas.

Las quejas del grupo, formado por 53 personas, no han sido tenidas en cuenta por el turoperador Mundiplan, que ha cambiado el regreso directo en avión de Menorca a El Prat por la combinación de vuelo y autobús, algo que según los usuarios del programa del Imserso no estaba previsto así ni les fue advertido a la hora de contratar el viaje. «Hay que tener en cuenta que muchas personas no son de Barcelona capital, sino que cuando lleguen tendrán que desplazarse a otras ciudades como Mataró, Manresa y Blanes, después de haber recorrido el trayecto desde Zaragoza en autobús», afirmó este domingo uno de los afectados, improvisado portavoz de la indignación de los pensionistas.

Otro grupo, de unas cincuenta personas y alojado en Arenal d'en Castell, también se ha visto al parecer afectado por los cambios de última hora en el viaje. Según explicó Mundiplan a los turistas amotinados en Ciutadella, este otro grupo habría aceptado sin problemas viajar de Menorca a Zaragoza y en bus hasta Barcelona.

«Hablan del trato digno a las personas mayores y luego nos tratan como a borreguitos», comentaba este domingo el turista de Sa Caleta, «esto a mí no me coge más», añadía. Los mayores deben este lunes abandonar su hotel a las 7 de la mañana para tomar el vuelo de las 10.30 horas con destino a Zaragoza, cuando esperaban tomar el de las 14.30 de la misma compañía, Vueling, pero en ruta a Barcelona. Los turistas sospechan que les desplazan del vuelo a El Prat debido a que la demanda en Lunes de Pascua es alta y sus asientos «los están vendiendo a precio de oro, estaba premeditado y esto es un desprecio a nuestra dignidad», afirman.