El nuevo Govern posó este viernes para los fotógrafos en el Consolat de la Mar

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La crisis vivida desde noviembre en la Conselleria de Transparencia y Cultura ha pasado factura a Més, que este sábado intentará en Es Mercadal explicar en asamblea a sus bases el doloroso episodio de la última semana.

La rápida sustitución de Esperança Camps y el ímpetu mostrado por Ruth Mateu en sus primeros días de consellera han reanimado al partido, tocado por una situación que no ha sabido llevar y que, pese al final feliz, ha desgastado de forma innecesaria a sus dos principales activos: Manel Martí y la presidenta Maite Salord. Esta es, al menos, la opinión de una de las voces más autorizadas, para quien la gestión de la crisis no debería haber implicado tanto a sus líderes. Ni haberse postergado en el tiempo.

Por eso, cuando quiso reconducirse, el conflicto le estalló en las manos sin tener un recambio definido. Mateu, militante del PSM en Mallorca, estaba adherida al partido en Menorca y había suscrito su código ético, pero no era la preferida inicialmente por buena parte de los que más mandan en Més.

Autodescartado Manel Martí, la presidenta proponía a su asesor Mateu Martínez y otros al conseller Miquel Àngel Maria, pero éste no estaba dispuesto a renunciar a su familia y trasladarse a vivir a Palma.


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