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Mujeres, de entre 81 y 90 años, y que residen solas. Este es el perfil del usuario del servicio de teleasistencia que ofrece el Consell y que en 2015 atendió a 1.751 usuarios (un 6,4% más que 2014) y costó un total de 201.862 euros.

Según la memoria que han presentado este viernes Maria Cabrisas y Bàrbara Torrent, consellera y directora insular de y Familia respectivamente, un 78 por ciento de los beneficiarios son mujeres, 1.366, y un 22 por ciento son hombres, 385, lo que dibuja una evolución demográfica con una población más envejecida -un 66 por ciento de los usuarios tiene entre 81 y 90 años-, con mujeres más longevas que los hombres y una gran mayoría de personas de edad avanzada que viven solas en su hogar, 1.348 usuarios. El Consell contrató el programa público de teleasistencia a la empresa SARquavitae en 2015, por dos años prorrogables y con novedades como los servicios de instalación de dispositivos de seguridad en las casas: detectores de humo, de gas o de movimiento. Mediante la teleasistencia domiciliaria las personas mayores tienen un terminal en su casa, conectado a través de la línea telefónica con un centro de atención dotado de recursos humanos para acudir en caso de urgencias. Los usuarios llevan una unidad de control remoto, una pulsera, y solo tienen que pulsar un botón para dar aviso de una caída o cualquier otra emergencia. "Es una tecnología que posibilita un entorno cotidiano de seguridad y ofrece tranquilidad tanto a la persona usuaria como a su familia", ha declarado la consellera Maria Cabrisas.
Bienestar Social