Usuarios en la biblioteca que la Fundació Rubió sustenta en el Claustre del Carme de Maó

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El antiguo gerente de la Fundació Rubió Tudurí y actualmente secretario, Hipólito Mercadal, ha respondido a las declaraciones de representantes de la familia Rubió relativas a los fondos que se hallaban en el extranjero y ha afirmado que siempre la beneficiaria de ese dinero legado por el mecenas fue la Fundació Rubió Tudurí Andrómaco.

Sobre las dudas que el portavoz legal de los Rubió vierte -en la información recogida por este diario el pasado día 16-, en cuanto a la fundación paralela Porto Magonis y sus responsables, Mercadal se remite al auto del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional de 12 de abril de 2007, ratificado por la propia Audiencia Nacional y por el Tribunal Supremo, en el cual se acordó el sobreseimiento de la causa incoada contra su persona y el también patrono José Antonio Matjí, por un presunto delito de apropiación indebida, a instancias de parte de la familia Rubió.


Resolución

Recuerda Mercadal que en dicha resolución se condenó a los querellantes al pago de las costas causadas por interponer una querella «sin sustento fáctico» y que en ella se explica la constitución por el propio magnate de una fundación instrumental en Lienchestein. Además, en las disposiciones testamentarias se acordaba la entrega de la mitad de los legados a personas de su entorno familiar y la otra mitad a la Fundació. El tribunal constata, incide el exgerente, que en su día los propios querellantes, es decir, la familia, «reconocían la corrección de la actuación de los hoy querellados», y que los fondos, valorando los informes aportados, se mantuvieron «sustancialmente idénticos», sin registrarse «ningún tipo de incidencia relativa a una sustracción».