Los responsables de la instalación han explicado que el efecto sobre el terreno es reducido, más allá del visual.

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Una amplia representación política y social ha acudido en la mañana de este miércoles a la visita a la planta fotovoltaica de Son Salomó, en Ciutadella, que tiene prevista una importante ampliación que despierta los recelos de algunas asociaciones locales por su impacto en la zona de Punta Nati.

Los responsables de la instalación han explicado que el efecto sobre el terreno es reducido, más allá del visual, puesto que tienen la obligación de restaurar y velar por los bienes etnológicos. Además la planta tiene una vida limitada de treinta años.

Durante más de una hora y media se ha producido un intenso debate, en el que ha quedado claro que se enfrentan dos valores: el medio ambiente y el paisaje.

El Consell ha pedido, aunque no puede exigirlo, una reducción de las dimensiones del proyecto. Está pendiente de la respuesta de la propiedad.