Javier Lacueva y Antoni Gómez presentaron ayer la memoria. | Javier Coll

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Con el aumento de la esperanza de vida y los avances tecnológicos aplicados a la medicina aparecen enfermedades degenerativas que suponen un reto para el ámbito de los cuidados paliativos, que este sábado día 8 de octubre se celebra mundialmente.

«Debemos aprovecharlo para sensibilizar y dar a conocer la medicina paliativa, a pesar de que llevamos trabajando desde el año 1996 todavía hay muchas dudas», afirmó ayer Javier Lacueva, coordinador de la Unidad de Oncología y Cuidados Paliativos del Hospital Mateu Orfila, quien añade que «nos vamos a enfrentar a una etapa de la cronicidad, ya que un tanto por ciento importantísimo de la población en nuestra comunidad supera los 65 años y se prevé que la esperanza de vida vaya en aumento». Los datos de la memoria de actividad de 2015 del servicio que dirige corroboran dicha tendencia, ya que de los 159 pacientes atendidos un 30 por ciento eran no oncológicos.

Otros procesos que requieren atención paliativa, explicó el doctor Lacueva, son enfermedades como la esclerosis múltiple, la ELA, la demencia y el parkinson avanzados o insuficiencia cardiaca entre otros. Esos procesos «ya han supuesto un cambio en nuestro día a día asistencial», señaló, «se cronifican, la persona vive más y tiene derecho a medidas paliativas que se las estamos ofreciendo, pero tiene que ir a más».

Lacueva anunció que para 2017 hay un plan «ambicioso de formación» para profesionales sanitarios de distintos niveles. El objetivo es que todos ellos presten dichos cuidados porque «la unidad no va a poder atender a toda esta cronicidad y a enfermos oncológicos avanzados» por lo que en el futuro se quiere coordinar el control de estos pacientes entre el equipo de paliativos, atención primaria y especializada. Para 2016 también se esperan más entradas en el programa de paliativos de pacientes no oncológicos.

Este tipo de asistencia se concreta en el final de la vida pero este momento pueden ser días, meses y en algunos casos hasta se supera el año en el programa. Un dato «negativo en nuestros objetivos» sobre la asistencia de 2015 es, según Lacueva, es que se siguen produciendo más decesos hospitalarios.

«Pienso que el lugar idóneo para la muerte de una persona es el propio domicilio», afirmó, pero eso requiere «aumentar el soporte que podamos ofrecerles coordinadamente la atención primaria y cuidados paliativos en el propio domicilio», de lo contrario se producirá el ingreso en el hospital de agudos. «Debemos mejorar estas cifras», concluyó.