Marc Pons y Vicenç Tur, tras el último congreso insular del PSOE en 2012 | Archivo

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Los militantes del PSOE-Maó pidieron explicaciones por la ausencia de la representante menorquina en el comité federal de la semana pasada en el que dimitió Pedro Sánchez. En la asamblea celebrada el lunes mostraron su enfado al considerar que era una cita a la que no se podía faltar después de haber aprobado en el comité insular el apoyo de la agrupación menorquina a la dirección federal del partido. Esa petición de responsabilidades coincidió con la comunicación a Francina Armengol ese mismo día de la renuncia por parte de Tur y Baquero a sus cargos, que se hará efectiva el sábado en la Ejecutiva.

Fue el segundo revés en cuatro días que sufrió la dirección del partido, «quedó muy contrariado al ver derrotada su propuesta en el comité federal», relata un asistente al mismo, y Tur decidió no esperar más para llevar adelante una decisión que había tomado tiempo atrás. El pobre resultado electoral de las locales del año pasado, en las que incluso tuvo dificultades y algunos rechazos para formar parte de las candidaturas, una etapa política que supera ya la década y otras circunstancias personales le habían llevado a anunciar su marcha en círculos de su entorno. En el partido también era conocida su decisión de no presentarse a revalidar la dirección.

No ha sorprendido, por tanto, el anuncio, que coincide con la crisis nacional y que abre plazo suficiente para reorganizar el partido y consolidar otro liderazgo antes de la próxima convocatoria de las elecciones locales.

Su balance de cuatro años y medio al frente del PSOE en Menorca ha coincidido con los peores resultados electorales del partido desde los años de la transición.

Gestora

Con poco poder en los ayuntamientos y Consell, no deja el partido en las mejores condiciones, «aunque de peores situaciones hemos salido», puntualiza un dirigente socialista próximo a Tur.

Con su renuncia provoca la dimisión de todo el comité ejecutivo y deberá nombrarse una gestora que, como su nombre indica, gestione la vida del partido hasta la celebración de un congreso. Se reproduce, así, la misma situación que en Madrid. En la Ejecutiva están más pendientes todavía en escuchar sus explicaciones que en la preparación de la gestora, un órgano relacionado con la inestabilidad y que no ha sido necesario en el PSOE desde los años 80.

Según los estatutos, el secretario general ha de ser elegido por el Congreso, pero no se desacarta que se recurra a una elección abierta entre los militantes, en primarias como Sánchez, y que el congreso asuma ese resultado.