Susana Mora, Francina Armengol, Begoña Mercadal, Lluís Camps, Conxa Juanola y José Antonio Fayas | Javier Coll

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El tratamiento terciario de las aguas de la depuradora de Maó-Es Castell y el proyecto experimental de regeneración y posterior infiltración al acuífero no será una inversión inmediata. Uno de los argumentos utilizado por los acaldes Conxa Juanola y Lluís Camps es el coste de la obra, que se calcula en dos millones de euros, una cantidad equivalente a la recaudación por el canon de saneamiento de un año en ambos municipios, pero la respuesta de Francina Armengol no pasó del estudio de la petición «para incluirlo en la planificación de infraestructuras hidráulicas del Govern», explicó la presidenta.

Esa planificación corresponde a Abaqua y se realiza con criterios técnicos, son los que marcan las prioridades y establecen el calendario de actuaciones según la urgencia. Se descarta, por tanto, para el próximo año, Lluís Camps confía en que pueda incluirse en los planes de 2018, aunque ni siquiera se ha redactado todavía el proyecto.


Ciclo del agua
Armengol valoró que es «una buena depuradora, que funciona bien» y dijo ser consciente de que el agua es un recurso escaso, de la situación de sequía y del déficit en infraestructuras hidráulicas. Entiende la legítima defensa municipal en la reivindicación del tratamiento terciario, pero también recordó las obligaciones municipales en la materia, «como la separación de pluviales que ha de acompañar estas infraestructuras en el tratamiento para completar el ciclo del agua».

La opción de recurrir a los fondos del impuesto turístico también se puso sobre la mesa en línea con el planteamiento que han realizado los alcaldes menorquines.

Juanola habló de la prealerta por la sequía y la contaminación del agua por nitratos, dos problemas a cuya solución contribuiría la recarga del acuífero con el agua depurada y regenerada, «nos ayudaría a caminar hacia la sostenibilidad», expuso.