Una de las barreras ideada con palés y troncos del Camí de Tramuntana. La estampa de El Toro mejoraría con una ‘barrera d’ullastre’ | Gemma Andreu

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Cruzada contra los elementos que han usurpado la identidad de las barreras de acebuche. Guerra contra cachivaches que soportan la mirada de miles de turistas, ojipláticos ante la imaginación del payés a la hora de vallar una entrada. Y es que, pasear por el Camí de Tramuntana, en Es Mercadal, no tiene desperdicio. Somieres, palés, barras de hierro o troncos atados construyen un paisaje un tanto distorsionado de la realidad del campo menorquín.

El Ayuntamiento de Es Mercadal iniciará el año que viene su particular batalla con el fin de recuperar la idiosincrasia tradicional isleña. El Consistorio contrató a un ingeniero agrónomo para que hiciera un trabajo de campo y conocer cuántas barreras que lindan con caminos rurales del municipio necesitan cambiarse por su mal estado o por haberse desvirtuado con elementos no deseados.

El resultado fue sorprendente. Y es que en los caminos de Martinells, Tramuntana, Calòritx, Camí de l'Arpa, Camí d'en Kane y Camí de sa Cucanya hay repartidas 132 barreras que necesitan una sustitución.

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