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El conseller de Medio Ambiente Javier Ares propone balizar los límites de la Reserva Marina del Norte de la Isla y crear la figura de «guardapesca» para mejorar la protección de la zona, amenazada por pescadores ilegales según el sector pesquero y ecologistas.

Ares explica que ya se estaba planificando dignificar el trabajo de los vigilantes de la reserva, que en ocasiones se habían quejado de falta de materiales para llevar a cabo su tarea. Afirma que está esperando la catalogación de puestos de trabajo del Consell «para salir de una situación absurda», en la que solo uno de los tres vigilantes está contratado como patrón a pesar de que todos cuentan con la titulación, por lo que solo uno puede tomar la barca para gestionar el medio. El objetivo del conseller es que una vez se cree la condición de «guardapesca» la asuman los vigilantes,lo que les permitiría ampliar su zona de control fuera del área de pesca restringida. Esto de cara al próximo invierno. Para esta temporada estival se contaría con los tres vigilantes contratados como patrones de forma provisional, los dos inspectores de pesca, es decir, uno más desde noviembre, y la ayuda puntual de otros efectivos como el Seprona.

El conseller espera trasladar estas propuestas a la comisión de seguimiento de la Reserva que el Govern se comprometió a convocar para febrero, pero que aún no tiene fecha. De seguir así, Ares promete que instará a la Dirección General de Pesca a que establezca en breve un día para reunir a las partes implicadas.

El representante del GOB Miquel Camps considera que estas medidas serían «un paso importante» tanto para dejar claros los límites de la reserva como para detectar ilegalidades a su alrededor, aunque los ve insuficientes.

«Lo que venimos pidiendo es una coordinación más eficaz entre los distintos cuerpos de vigilancia que pueden actuar en la zona», es decir, los tres vigilantes, los dos inspectores, los agentes forestales y de medio ambiente y el Seprona. «Hasta ahora parecía que la vigilancia la podían hacer solo estos tres vigilantes» y por tanto «todo el mundo sabía a qué hora no estaban». Eso es «lo que tenemos que conseguir romper a partir de una rotación que varíe» para que pueda coger de imprevisto a los pescadores que van contra la ley.