El Consorcio cobra un canon de 1.000 euros para una ceremonia. La primera se celebró en agosto | C.M.M.M.

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La zona llevaba 27 años cerrada. Y desde el pasado ejercicio vuelve a estar a disposición de los ciudadanos. El Consorcio del Museo Militar de Menorca ha reabierto el área de San Carlos para la realización de ceremonias nupciales. Se ubica en Sant Felip y es un recinto militar privado.

El Consorcio ha adecuado y habilitado el enclave para este tipo de eventos para los que se buscan lugares especiales y que coqueteen con el mar. En primavera del año pasado los miembros que conforman este organismo aprobaron la apertura del recinto para la celebración de ceremonias nupciales al recibir varias peticiones al respecto. La primera de ellas ya se celebró a finales de agosto del año pasado, mientras que para este verano el Consorcio ya cuenta con otras cuatro reservas.

El director del Museo Militar de Menorca, Javier Girona, indica que el recinto se utilizaba antiguamente para eventos y ahora «hemos invertido para ponerlo de nuevo en servicio». Se ha limpiado y habilitado. La zona se conocía como el antiguo club de suboficiales, pero se clausuró hace ahora cerca de treinta años. Advierte, no obstante, que es completamente ajeno a la actividad que se desarrolla en el club Sant Felip que, en este caso no depende del Consorcio del Museo Militar.

Este organismo ha fijado un canon para el uso del enclave de 1.000 euros. Cuenta con una pasarela que permite el embarque y desembarque en esta zona, si así se desea. Girona explica que en el primer evento celebrado, la novia llegó en barca, mientras los invitados esperaban a pie de mar.


Un recinto habilitado para bodas, no para convites

El Consorcio del Museo Militar especifica que este enclave tan solo permite la celebración de ceremonias nupciales, sin incluir el convite. No obstante, el Consorcio avanza que dispone, también dentro de Sant Felip, de una zona de terraza en la denominada Cantina del Arrabal, que es donde empiezan y acaban las visitas nocturnas al Castillo de San Felipe. Allí pueden completar el evento. El alquiler de esta otra zona supone el desembolso de otros 1.500 euros.

Cada vez son más las personas que buscan enclaves singulares y con carácter menorquín. «Es un sitio increíble», asegura Girona, al estar a pie de mar. Da al puerto de Maó y las vistas son «preciosas», concluye.