Palés, hierros y demás sirven de cerramientos | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Es Mercadal ya ha iniciado su particular batalla contra los cachivaches que sustituyen las barreres d'ullastre en los caminos municipales. Lo prometió el Consistorio y la convocatoria ya está en la calle. El interés de esta actuación es acabar con la imagen distorsionada que dan aquellos elementos que los payeses utilizan para cerrar sus fincas. Troncos, somieres, barras de hierro, palés o carretillas constituyen un paisaje un tanto desvirtuado de la realidad del campo menorquín. De ahí que el Ayuntamiento ponga a disposición de las explotaciones y fincas agrícolas que lindan con caminos rurales del término municipal 40.000 euros para recuperar la imagen rural del entorno.

El Consistorio cubrirá hasta un 70 por ciento del coste de la inversión. Y la subvención oscilará entre los 105 y los 360 euros, según si se trata de una barrera de menos de 170 centímetros o supera los cuatro metros.

Un estudio externo contratado por el Ayuntamiento establece que existen 132 cerramientos que necesitan cambiar por contar con elementos que no se adecuan al paisaje menorquín o, cuentan con barreres d'ullastre en mal estado.