El plan de usos se expuso este miércoles en Alaior, en un acto abierto al público | Javier Coll

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El Pati de sa Lluna, una vez esté en funcionamiento como centro cultural, pasará a depender de una fundación que estará integrada por las tres administraciones implicadas (Govern, Consell y Ayuntamiento de Alaior). Contará con un consejo social en el que estarán representadas las entidades de la localidad, que a su vez tendrán presencia en el patronato.

Así se explicó este miércoles en la presentación del plan de usos, que contó con el representante de la empresa Mediterraneum, Antoni Nicolau, el concejal Emilio Agis, el conseller Miquel Àngel Maria, y la directora adjunta de la Agència Balear de Turisme, Irene Moya.

La fundación, que contará con una estructura muy básica, externalizará la gestión del recinto a cambio de un canon que, según las previsiones que se manejan en estos momentos, no cubrirá todos los gastos que genere el espacio. Las administraciones deberán realizar algún tipo de aportación, explicó Maria, matizando que «no debe ser un pozo sin fondo». Eso sí, quisieron dejar claro, ni se privatiza ni se entrega a nadie.

El plan de usos propone que, al mismo tiempo, se unifique en una concesión la explotación del bar y las actividades del Centro de Cultura Gastronómica de Menorca. Considera viable una adjudicación directa a tres entidades implicadas en el tema como son Fra Roger, la Cooperativa Agrícola y Ganadera y la Cooperativa de San Crispín, si jurídicamente es posible.

Irene Moya explicó que la rehabilitación del espacio no está acabada. Anunció que mañana viernes se entrega el fin de obra de la primera fase, en la que se han invertido 6,5 millones de euros, y la semana que viene se pone en marcha la tramitación de la segunda, que se paga con fondos de la ecotasa (casi 900.000 euros más). Para más adelante queda el equipamiento, una inversión que la ABT, propietaria del inmueble, se compromete a asumir.

El hecho que la obra no esté acabada dificulta, explicó Moya, que el espacio se pueda utilizar en estos momentos a demanda. Solo se puede hacer de forma excepcional y si hay presencia efectiva de personal de alguna de las tres administraciones presentes en la comisión de seguimiento.

Por otro lado, el plan de usos propone ganar espacio con el alquiler de dos propiedades que no pertenecen al Pati de sa Lluna. En concreto, se trata de una cochera que se dedicaría a almacén, y una tienda concebida para el espacio de recepción, venta de entradas y oficina de atención turística. Ambos locales están ahora por alquilar.


Divulgar, potenciar, mejorar y formar en gastronomía

Uno de los grandes atractivos, por su novedad y enfoque, del futuro uso del Pati de sa Lluna es el Centro de Cultura Gastronómica de Menorca, en el que, por un lado, se divulgaría y potenciaría el valor de la cocina que se lleva a cabo en la Isla y, por otro, se incidiría en cuestiones como la formación, la investigación y la innovación.

Así, según el plan de usos elaborado por Mediterraneum, se contaría con una exposición permanente sobre la descripción de la gastronomía menorquina y sus productos más conocidos, con la posibilidad de organizar muestras temporales. También se habilitaría un espacio para presentaciones o eventos de actualidad.

En cuanto al ámbito formativo, se contaría con aulas para cursos y seminarios convencionales. Además, se habilitaría un espacio equipado con una decena de cocinas (entre diez y quince) de pequeño formato para cursos, demostraciones, degustaciones y otras experiencias. La formación en ningún caso sería de carácter reglado.

El plan de usos contempla también lo que denomina un «laboratorio de gastronomía», dedicado a la investigación, que concibe como una oportunidad para los chefs, cocineros y productores de Menorca, con intercambios de conocimiento y técnicas. Precisa una cocina bien equipada.

El centro gastronómico debe, además, impregnar a todo el edificio, y tener su reflejo en el bar del Pati de sa Lluna, con venta de productos de calidad y platos concebidos en este sentido. El punto de información turística también debe incidir en la comida.

Los otros dos temas capitales en el Pati de sa Lluna serían el calzado y la vida rural, que contarían con sendos centros de interpretación, que narrarán y pondrán en valor estos dos aspectos de la Isla.


Por plantas:

Sótano
Dos espacios con uso de almacén que suman 75 metros cuadrados.

Semisótano
Un espacio comercial de 57 metros cuadrados y un espacio expositivo de 98, para explicar sistemas de aprovechamiento del agua.

Planta baja
Recepción y oficina de información turística. Oficinas. Incluye la iglesia, que mantiene su actividad. Bar. Patio para espectáculos y terraza del bar. En el porche se destacarían las grisallas y el valor del edificio. Control de acceso. Dos salas polivantes de 50 y de 70 metros cuadrados para distintos usos. Servicios. Camerinos. Almacén.

Planta primera
Sala de actos de 70 metros cuadrados. Espacio para exposiciones temporales vinculadas a los centros de interpretación de la vida rural y del calzado. Los dos centros de interpretación. Servicios.

Planta segunda
Centro de Cultura Gastronómica, con espacio expositivo y de presentación de producto alimentario y recetas, vinculado al centro de interpretación de la vida rural. Aula-cocina. Espacios de degustación y otro de presentación de productos de la Isla. Aulas.

Planta tercera
Centro de Cultura Gastronómica: espacio para la investigación dedicada a profesionales.