La feria, que al mediodía de ayer aún no estaba animada, incluye venta de productos típos gallegos | Javier Coll

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La iniciativa que ha tenido el equipo de gobierno municipal de Es Castell con la organización, este fin de semana, de la fiesta del pulpo en la Plaza Explanada ha provocado cierta controversia entre las formaciones políticas del pueblo e indignación en la Asociación de Comerciantes de Calasfonts cuyos integrantes se sienten discriminados y perjudicados.

Pedro Palliser, del restaurante Nou Siroco, representante de la Asociación, ha trasladado el malestar al Consistorio por una iniciativa que consideran inoportuna. «No comprendemos que se haga a estas alturas, ya en pleno mes de junio». Sostiene que dinamizar la actividad del pueblo siempre es positivo «pero debe tenerse en cuenta cuándo y cómo se hace, y, como mínimo, pedir nuestra opinión como han hecho otras veces cuando han necesitado nuestro apoyo».

Los restauradores creen que el Ayuntamiento ha dado todas las facilidades a la empresa gallega que recorre la geografía nacional con los productos de su tierra, ocupando suelo público sin ningún coste y permitiendo que repartieran publicidad por todo el pueblo. Cuestionan, y así se lo han hecho saber al equipo de gobierno, los permisos concedidos y el hecho de que se haya ocupado suelo público para una actividad con ánimo de lucro. En suma, concluye Palliser, «no nos parece ético ni necesario».

El concejal responsable, Jaume Fedelich, sin embargo, precisa que la organización de esta feria del pulpo corresponde al Ayuntamiento y, por tanto, «sería absurdo que nos cobráramos una tasa a nosotros mismos por utilizar la Explanada». Respecto al uso de la carpa municipal, recuerda que su precio no supera los 30 euros.

Asegura Fedelich, para desmentir la opinión vertida por Gabriel Cardona, de Som Es Castell, a través de una carta publicada ayer en este diario y difundida en las redes sociales, que la Feria del Pulpo dispone de todos los certificados sanitarios para llevar a cabo su actividad por toda España.

El coste económico de la Feria para el Ayuntamiento ha sido inexistente, indica el concejal, más allá de la instalación de los lavabos químicos.

«Decir que esta feria resta visitantes a Calasfonts es ridículo y exagerado, al contrario, atrae a más gente y quien quiere ir a Calasfonts no va a dejar de hacerlo porque vaya a la Explanada».

El concejal valora esta iniciativa como otra acción que dinamiza el pueblo y supone un intercambio gastronómico y cultural.