Santiago Luna, María Bosch de Salort y Antonio Pallicer son los autores de un estudio sobre la abarca. | Gemma Andreu

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Es insuficiente, llega tarde y los argumentos de defensa son débiles. Así definen tres graduados en Derecho por la UIB la figura y protección a la que se aferra el Consell para defender uno de los productos más autóctonos de la Isla, como es la abarca. La indefensión de las empresas fabricantes de este tipo de calzado es palpable tras el registro indiscriminado del término 'abarcas menorquinas' por parte de empresas no erradicadas en Menorca.

El conflicto ha sido objeto de estudio por parte de un equipo de graduados en Derecho que ha analizado de forma detallada el proceso desde que las empresas solicitan registro de la marca hasta su autorización. Y concluyen que ni la figura es la correcta ni hay suficiente interés por proteger el producto por parte de la Administración. María Bosch de Salort, Santiago Luna y Antonio Pallicer son los artífices de este documento que de forma contundente tacha de débiles los argumentos que utiliza el Consell para defender este producto.

El producto está amparado bajo una marca de garantía, la de Avarca de Menorca, una figura que «garantiza que los productos cumplan unos requisitos comunes sobre calidad, componentes, origen geográfico y condiciones técnicas». Esta marca de garantía se registró en 2010, un puñado de años después de que se popularizara el producto o de que constituyera el Consell. Este equipo asegura que «llega tarde cuando ya había algunas empresas de fuera de la Isla que fabricaban el producto, incluso algunas habían patentado modificaciones de la sandalia», expresan. Se refieren, en concreto, a tres empresas. En febrero de 2015 fue la conocida marca alicantina Menorquinas Popa la que inició el proceso para registrar la marca, a la que le siguió AM Avarcas Menorquinas. Ambas obtuvieron el visto bueno de la Oficina Española de Patentes y Marcas a pesar de la oposición presentada por el Consell.

Ante ello, consideran que la figura no es la correcta. Los argumentos que utiliza el Consell para defenderse del aterrizaje de registros se centran en la procedencia geográfica del producto pero «no existe riesgo de confusión porque esta procedencia no está protegida, que el producto tenga un origen no significa que esté protegido si no hay una figura que así lo establezca». La marca de garantía no le blinda.

La indicación geográfica protegida o una denominación de origen protegida hubieran sido elementos mucho más potentes y más efectivos a la hora de evitar intrusiones de empresas foráneas. Son conscientes, no obstante, que requeriría la creación de consejos reguladores y mantener su estructura además de someterse a sus dictámenes.

Los argumentos a los que se aferra el Consell para oponerse a los registros «carecen de fundamento, no son sólidos y son fácilmente desmontables», tal como ocurrió con la defensa de Menorquinas Popa que «para nosotros sus argumentos son extraordinarios», indican. Uno de los motivos de oposición que el equipo de graduados en Derecho considera importante es la intención de perjudicar o dañar el prestigio de la abarca, pero no fue alegado por el Consell.

La solución

Los tres graduados en Derecho indican en su informe de análisis que el logotipo hubiera necesitado un trabajo importante, aspecto que «cuando se aprobó el reglamento que la protegía tampoco se hizo». El equipo considera que el actual «es pobre, poco potente y carece de significado» y agrega que «se tendría que haber creado una marca algo más potente con un diseño mucho más innovador». Lamentan que no exista ni una silueta de Menorca ni tampoco de la abarca en sí. De este modo, «se hubiera dejado muy claro que el calzado está vinculado, relacionado con la indicación geográfica de la Isla». Añade que «no entendemos como no se utilizó el dibujo del producto junto al de Menorca para crear la marca cuando tendría que haber sido lo primero».

Aclaran los graduados en Derecho que «el escrito no tiene por objeto realizar un ataque al Consell pero sí una crítica constructiva, a la vez que ácida, a la actuación de la Administración que debe velar por los intereses de sus ciudadanos y los de Menorca». Y es que esta desprotección que el equipo destaca a la hora de defender este producto, se extiende a cualquier otro producto autóctono, con excepción del queso y el vino. Pone en duda que el Consell esté interesado en la protección de lo autóctono.