Carlos de Salort y Laurent Morel-Ruymen explican el proyecto que se desarrolla en la cala | Gemma Andreu

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La propiedad del hotel Can Faustino asegura que las estructuras de madera instaladas en la cala de Ses Fontanelles, en Ciutadella, son para proteger la vegetación que se ha plantado en la zona, ya que la actuación forma parte de un proyecto de restauración ambiental y restitución de las dunas que cuenta con la correspondiente licencia municipal y el asesoramiento de expertos.

En las oficinas del grupo Mare&Terra no se tenía este martes constancia oficial de que el Consistorio haya presentado una denuncia sobre estas instalaciones ante la Demarcación de Costas; más bien se acogió con sorpresa la noticia porque precisamente fue el gobierno municipal el que en fecha 26 de julio de 2016 concedió la licencia para la recuperación vegetal, unos trabajos cuya duración se prevé de 18 meses y que ejecuta la empresa de jardinería Truvi.

Sin embargo, el Ayuntamiento sí comunicó a Costas y al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que se estaban realizando en la zona trabajos que no encajaban en la licencia concedida, para que el organismo estatal y el servicio de la Guardia Civil valoraran dichas actuaciones. «Desde el área de medio ambiente y control de playas se detectaron estas operaciones y lo pusimos en conocimiento de Costas que es la administración competente», explicó este martes el concejal de Hacienda y Gestión Tributaria, también responsable del mantenimiento de caminos rurales, José López Bosch. El edil señaló que dichas actuaciones «sospechosas» eran movimiento de tierras y canalizaciones medio enterradas.

Por otro lado, el empresario Laurent Morel-Ruymen negó este martes, en declaraciones a «Es Diari», que este terreno se haya utilizado para actividades del hotel Can Faustino, aparte de las excursiones a caballo que organiza el payés de la finca que da acceso a la cala, Son Àngel, propiedad de Carlos de Salort. El inversor francés y De Salort firmaron un contrato de alquiler en 2014 que incluye espacio junto al mar pero «privado, no de dominio público», según el deslinde de Costas vigente en ese momento, subrayan.

Lo que ha sucedido desde entonces es que el deslinde del dominio público marítimo-terrestre ha salido de nuevo a exposición pública este año y los propietarios de Son Àngel, como ya hicieron con la delimitación que hizo Costas en 2009, han presentado alegaciones para que dicho terreno no quede afectado. Hasta que no concluya el expediente, la zona sigue siendo particular, «estamos a la espera de la respuesta de Costas», afirmó Carlos de Salort, quien recalcó que el acuerdo de arrendamiento con Morel-Ruymen sigue por tanto plenamente vigente y dentro de la legalidad.

Por su parte, el propietario de Can Faustino afirmó categórico que «yo no me aprovecho de suelo público, no se hacen actividades del hotel ni se ocupa el Camí de Cavalls, esto es una locura, la verdad es que estamos gastando dinero para recuperar la naturaleza en la zona».

Asimismo negó que se haya cerrado el paso al muelle de Ses Fontanelles, asegurando que la cinta que se colocó sujeta a ambos lados del muelle la colocaron unos turistas que bajaron de un velero y practicaron el deporte de equilibrio conocido como slackline. «La cuerda estuvo ahí unas dos horas y no era ningún elemento instalado por la empresa», aseveró.

Agentes del Seprona visitaron este martes Ses Fontanelles para inspeccionar in situ la zona. Según el Ayuntamiento, se advirtió al servicio de la Guardia Civil porque algunas de las actuaciones que observaron entraban en la parte forestal de la cala.