Una paseo bajo el sol. Los visitantes llegan a cubrir trayectos de hasta 11 kilómetros (22 entre la ida y la vuelta) | Sergi Garcia

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Tras un fin de semana donde el mal tiempo ha marcado el devenir de las horas, la aparición del sol y el calor durante la mañana de este lunes ocasionó que los accesos a las playas vírgenes del sur de Ciutadella volvieran a colapsarse. De hecho, los turistas llegaron a aparcar hasta a once kilómetros de las citadas calas, ya que el cierre del cruce de Sant Joan de Missa ha ocasionado que los coches que no pueden entrar cuando los parkings gratuitos se llenan acaben estacionados cada vez más lejos de la arena y el mar.

A pesar de la considerable caminata, muchos visitantes no dudan a la hora de realizar este esfuerzo para conocer en primera persona las bondades de dos de los puntos del litoral menorquín que más fama y atracción han arrastrado durante los últimos años.

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