Algunas vacas pacen en una finca de la Isla, donde el verde reaparece tardío este otoño. | Gemma Andreu

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Los cultivos forrajeros se retrasan de nuevo a causa de la sequía y hay fincas ganaderas que ya están acabando las provisiones y se ven obligadas a comprar alfalfa y paja de fuera de la Isla para alimentar el ganado. Si el tiempo no mejora, y eso significa entrar en noviembre con cielos nublados y lluvia, las vacas tardarán este año en salir a pastar. Y si no lo hacen no dan tanta leche, por lo que el círculo pernicioso para las explotaciones se completa: más gastos para alimentarlas y menos producción.

Ese es el temor que tienen los payeses y las organizaciones profesionales agrarias de Menorca, pero matizan que aún es pronto para cuantificar los daños de la sequía, se debe esperar a ver si las semillas sembradas de raigrás, avena o cebada (los cultivos de forraje más comunes, ya que la zulla se siembra en menor medida y la alfalfa es residual) germinan o si, por el contrario, han muerto debido al exceso de calor.

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