La tienda que distribuía Desigual se clausuró hace algunas semanas | Gemma Andreu

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La marca United Colors of Benetton dejará de tener presencia en Ponent en pocas semanas y solamente contará con el establecimiento de Maó. La franquicia, que llevaba doce años en Ciutadella, cierra sus puertas poco después de otra tienda unimarca, la de Desigual, asociada a Baleárica, cuyos locales, situados cerca de la plaza de Ses Palmeres, siguen vacíos.

Los comerciantes del sector textil, en las calles del centro histórico, desconocen los motivos de estos cierres, aunque reconocen que el efecto negativo de las ventas por internet en las cajas es algo innegable hoy en día.

La expansión de franquicias provoca que se encuentren los mismos productos en todas las partes del mundo, contra lo que es difícil competir en ocasiones. La encargada de una tienda unimarca con más de 20 años en Ciutadella admite que «la franquicia no es un negocio redondo» porque se va a comisión y que en su caso se mantienen gracias a que cuentan con una clientela fija. La encargada de otra franquicia, en este caso de lencería, Elisabet González, tiene la sensación de que la gente de Ciutadella prefiere ir de compras a Maó, donde se encuentran más variedad de tiendas y más grandes. A su parecer, las de Ciutadella, quedan en segundo plano aunque en su caso asegura estar contenta con los parámetros de ventas.

Internet, el presente

Los comerciantes se resignan a que las ventas online les comerán terreno. La gente joven está acostumbrada a comprar por internet e incluso se perciben actitudes como irse a probar la ropa a la tienda física y luego comprarla online.

Las tiendas multimarca o que cuentan con servicios de sastrería «van haciendo» gracias a que sus productos son más difíciles de encontrar o son personalizados, pero admiten que los resultados no son boyantes.

Los cambios de comportamiento de los clientes y el hecho de asociar las compras con el ocio hacen que el volumen de ventas se concentre en los meses de verano, admiten. Sobre todo porque, como comentan dependientas como Magdalena Juan, «en Ciutadella somos los que somos», una cantidad de población limitada y por tanto, un volumen de ventas limitado.