El viaducto, en obras paralizadas desde hace tres años, y al fondo la naveta más próxima a la nueva infraestructura viaria, que una vez concluida tal como está proyectada quedaría a unos cincuenta metros del monumento arqueológico. | Enric Taltavull

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IME, Ateneu de Maó, Colegio de Arquitectos, GOB, Colegio de Arqueólogos y Museo de Menorca han presentado un escrito en el Consell en el que llaman la atención sobre «la interferencia producida por el nuevo enlace a doble nivel de Rafal Rubí, en construcción en la Me-1, en relación al paisaje del yacimiento talayótico y las navetas del lugar».

Aducen que la ocultación del yacimiento por las obras realizadas hasta ahora se agrava con la construcción de uno de los viales laterales del enlace, que implicaría la transformación y ocupación de 16 metros más por la carretera. Además, «de manera temporal, por el vertido de material de obra, formando un gran pantalla en su entorno».

El escrito, que aparece firmado por Miquel Àngel Limón, Margarita Orfila, Enric Taltavull, Carles Coll, Montserrat Anglada y Carolina Desel, explica que la distancia actual desde la naveta más inmediata a la infraestructura viaria «no excede de 70 metros, y se reduciría a unos 50 una vez realizada la obra. No solamente el viaducto modifica un entorno de campo inalterado y el paisaje sensible del yacimiento sino que se oculta el bien de interés cultural».

A la vista de esa descripción de impacto que la estructura puede causar a los citados elementos arqueológicos, las entidades sugieren que tal circunstancia «debería ser evaluada por parte del Servicio de Patrimonio», ya que una alteración como la expuesta del entorno inmediato a un monumento arqueológico podría comprometer el resultado de la candidatura Menorca Talaiòtica a Patrimonio de la Humanidad.

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