La piscina y la fachada remodelada del hotel PortBlue San Luis

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La Asociación Hotelera de Menorca (Ashome) recordó este sábado a la organización ecologista GOB que los nuevos hoteles en zonas turísticas «no suman más de 605 plazas» frente a las seis mil plazas fijadas en el Plan Territorial Insular (PTI) de 2003, lo que supone que en los últimos 15 años las plazas legales han crecido a un ritmo de 40 por año. La patronal sugiere que se centre «más el enfoque de las críticas al crecimiento de plazas que no forman parte del Registro Insular de Alojamientos Turísticos», en respuesta a la alerta del GOB sobre los crecimientos de plazas en la costa que aumentan la presión en verano. Los hoteleros se sienten en el centro de la diana cuando, recuerdan «muchas de las zonas que el PTI declaró verdes eran propiedad de empresarios turísticos de la Isla, los cuales renunciaron a ellas para que todo el destino pudiera disfrutarlas», resaltaron en una nota de prensa emitida este sábado.

Además consideran que debería destacarse que los establecimientos mencionados por el GOB (en Sant Tomàs, Santandria, Torre-solí y Son Saura) se han construido «para que sean altamente sostenibles y energéticamente eficientes, algo que nos enorgullece y que incluso ha sido reconocido por la Unión Europea», subraya la gerente de Ashome, Azucena Jiménez, en el escrito. «Nada se dice en defensa de estos empresarios que tanto esfuerzo han dedicado para generar un valor a nuestra Menorca, Reserva de Biosfera».

Los hoteleros aluden también a la crisis y la paralización económica que vivió la Isla en 2008 y recuerdan que «una de las actividades económicas que nos permitió subsistir en ese periodo de crisis fue el sector turístico». Desde Ashome consideran que «todos deberíamos saber y tener en cuenta que en Menorca turismo somos todos, y que el turismo es un motor económico que repercute en todos los sectores productivos de nuestra isla». Resalta asimismo que los únicos inversores que «han resistido los trámites administrativos, cambios normativos, inseguridades jurídicas, presiones sociales y años de espera han sido empresarios menorquines por su fuerte sentimiento y arraigo a la isla».