Los turistas ignoraron este jueves el aspecto poco agradable del agua y se bañaron igualmente para mitigar el calor | Gemma Andreu

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Las altas temperaturas, la aportación de agua dulce del torrente y las características de la cala de Cala en Porter, cerrada por los acantilados, han hecho que en las últimas semanas vuelva a proliferar una diminuta alga planctónica que se reproduce en tal cantidad que tiñe las aguas de esta playa de un color verdoso, que no invita precisamente a nadar.

La brigada municipal trabaja en colocar de nuevo la instalación subacuática que el verano pasado ayudó a que circulara el agua marina y mitigó el problema de la discoloración que tan perniciosos efectos tiene sobre la imagen de la cala y que preocupa a los turistas porque desconocen su origen, y el color marronáceo puede hacer pensar que se trata de un vertido fecal. Este sistema lo que hace es recuperar la circulación del agua, que bombea aguas más profundas con una temperatura inferior a las superficiales, lo que ayuda a enfriar estas últimas y a renovar el agua de las capas superiores, reduciendo la proliferación de la Alexandrium taylori, la microalga que crece estos días en la cala y que es también un problema en otras playas de Menorca (Cala Blanca o Cala Galdana), de Balears (en Andratx o Santanyí por ejemplo) y de otras comunidades mediterráneas.

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