Imagen de archivo de la infraestructura hídrica de Malbúger que concentra entre un 30 y un 35 por ciento del suministro total de agua de Maó

TW
7

El incremento de la población y la ola de calor ha acabado pasando factura en Maó. Las infraestructuras hidráulicas no dan abasto para satisfacer toda la demanda que se produce en momentos puntuales. Hay más consumo del que los pozos pueden extraer. Y el Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar medidas de urgencia. Esta situación se concentró en dos fines de semana, los dos pasados.

Ante esta situación de emergencia, el Ayuntamiento de Maó solicitó y pudo bombear más agua de la autorizada de un pozo, además de reducir la presión en algunas zonas de elevado consumo, con el fin de 'apañar' la urgencia. Ya se han recobrado los niveles habituales. Y si no hace falta ya no se extraerá más de este modo. «Es nuestra obligación solucionarlo, pero la gente debe tomar consciencia de que no hay suficiente agua para suministrar en condiciones», asegura la alcaldesa de Maó, Conxa Juanola.

Explica que la situación no es nueva. Se producen episodios de este calibre cada verano, momento en que se disparan los consumos. Se trata de situaciones puntuales que suelen darse entre finales del mes de julio y mediados de agosto y que generan gran preocupación. Se dan por la coincidencia de varios factores. El número de habitantes crece significativamente, por lo que el consumo también aumenta. Hace más calor y, por tanto, mayor necesidad de refrescarse. Y el uso de agua en zonas ajardinadas y también en piscinas, que con el calor se evapora, aumenta aún más este problema que Maó aborda desde todas las aristas posibles. La población crece entre un 50 y un 55 por ciento en verano. El consumo total en los meses de invierno oscila entre los 130.000 y 140.000 metros cúbicos al mes. En verano, se incrementa hasta los 207.000 metros cúbicos.

Juanola indica que pese a estos episodios «se sigue utilizando agua como si no hubiera un mañana», con las graves consecuencias que esto arrastra. Plantea un pacto de agua, al menos a nivel municipal, y descarta hacer una discusión política sobre el tema.

El Ayuntamiento de Maó da máxima prioridad a este problema con medidas que ayuden a mitigar la escasez de agua y mejoren su calidad. Mantiene la limitación a los cruceros que llegan al puerto. El acuerdo con Autoridad Portuaria que se puso en marcha ya el año pasado supone limitar a un 40 por ciento la capacidad total de agua que tienen. Pese a ello, Juanola indica que éste no es uno de los grandes problemas, puesto que hay muchos cruceros que ya no cargan agua en Maó conocedores de su mala calidad. Además, llama a moderar el riego de jardines. Pide que se evite entre las 8 y las 20 horas. También recomienda revisar el estado de los grifos de las viviendas para evitar fugas.

Apunta también a una ronda de reuniones que prevé mantener después del verano con grandes consumidores para encontrar sistemas circulares o soluciones más eficientes que permitan reducir los consumos. Sobre la mesa, un incremento de tarifas a estos grandes consumidores. «Si no se llega por la consciencia, se llegará por la economía». Y siguen analizando puntos donde poder perforar y crear nuevos pozos. A todo ello añade el tratamiento terciario de la depuradora que comparte con Es Castell, proyecto presentado a la ecotasa, después de que el Govern haga oídos sordos a su presión.

Juanola reflexiona que «si todos estamos tan contentos con ser Reserva de Biosfera, que pongan los mecanismos para tener una aportación económica añadida en base a esta declaración para abordar grandes infraestructuras».