La moda de las camper. Cada vez son más los turistas que recurren a los vehículos como modo de alojamiento. En la imagen, una pareja descansa en las proximidades de la playa mahonesa de Sa Mesquida. | Gemma Andreu

TW
25

España está viviendo un boom tardío del autocaravaning. En los últimos cinco años la venta de este tipo de vehículos-vivienda se ha disparado un 352 por ciento y Menorca no se está quedando al margen de la influencia de una práctica que en otros países europeos como Francia y Alemania es tendencia desde hace muchos años. En las carreteras, aparcamientos y calles de Menorca es cada vez más habitual encontrar autocaravanas y campers. No hay datos, pero la sensación generalizada es que este verano se ha vivido una punta que abre el debate sobre el tipo de visitante que atrae y sobre la preparación del destino para subirse a la ola del turismo itinerante.

El presidente de la asociación Autocaravaning de Menorca, Ernest Cloquells, explica que sobre todo durante la crisis este fenómeno «ha cogido mala fama», asociada a un turista de bajo nivel que duerme en furgonetas, gasta lo mínimo y genera problemas relacionados con las zonas de pernocta y la satisfacción de los servicios básicos, como el aseo y la descarga de residuos. Sin embargo, asegura que no es así. Diferencia entre las campers, vehículos acondicionados para aprovechar al máximo el espacio y hacerlo mínimamente habitable, y las autocaravanas: «Los turistas de autocaravaning se han gastado mínimo de 50.000 o 60.000 euros en el vehículo y está calculado que en España se dejan una media de cien euros al día en el destino».

Perfil del turista

«Es un turista de nivel medio-alto, la mayoría jubilados, y tiene necesidades parecidas a las de un barco». Requieren de lugares en los que poder recargar el depósito de agua y descargar tanto las aguas grises, las que se usan para lavar utensilios y para ducharse, y las aguas negras, los residuos fecales, además de conectarse a la corriente eléctrica. En Menorca existen dos áreas que ofrecen este tipo de servicios, la que abrió el Ayuntamiento de Es Mercadal en 2015 y la que se habilitó posteriormente a iniciativa privada en Ferreries. Cloquells se ha reunido con ayuntamientos y el Consell para pedirles más atención a este tipo de turismo: «Lo ideal sería que hubiera otros dos puntos, uno en la zona de Ciutadella y otro en la zona de Maó o Sant Lluís». Entiende que tiene un gasto muy reducido para las administraciones y que los beneficios son muchos.

«En Francia los ayuntamientos habilitan estas áreas de forma gratuita porque quieren atraer a estos turistas –en alusión a los usuarios de autocaravana–, que gastan mucho en el destino y que generan mucha economía». Comparte la sensación de que son cada vez más los visitantes que apuestan por este tipo de vehículos para descubrir Menorca y entiende que las administraciones deberían ponerles facilidades.

Pernocta

También el Camping Son Bou ofrece este tipo de servicio y, aunque en temporada alta solo permite estancias mínimas de una semana, puede ser un buen termómetro de la demanda. Su gerente, Baldomero García, confirma que ha aumentado, pero matiza que su establecimiento tienen un aforo muy limitado para este tipo de vehículos al encontrarse en una zona boscosa. Tiene unas 20 parcelas habilitadas. Asegura que si encontrara unos terrenos en los que poder hacer una zona específica lo haría: «Si habilitara un espacio para unas 50 autocaravanas en temporada alta tendría ocupaciones bastante altas».

No obstante este tipo de turismo no es especialmente amante de los campings, sino que busca aprovechar la agilidad que le ofrece tener una casa con ruedas para dormir en lugares más emblemáticos, más cercanos a la naturaleza y a las playas. Muchos menorquines han notado que en sus vecindarios y aparcamientos cercanos pernoctan autocaravanas y furgonetas acondicionadas, algo que a menudo produce rechazo, pero que es perfectamente legal.

Cloquells explica en ese sentido que la Ley de Tráfico permite estacionar a las autocaravanas en los mismos lugares que el resto de vehículos e incluso pernoctar, siempre y cuando se haga sin abatir ventanas o invadir el espacio público con sillas, mesas o toldos (ya sería acampar) ni emitir fluidos ni generar molestias con otras conductas incívicas: «Si alguien comete una infracción que lo multen, pero que no nos metan a todos en el mismo saco».

Otro termómetro para medir hasta qué punto Menorca se está convirtiendo cada vez más en un destino para este tipo de turismo es el negocio que se está generando alrededor. En los últimos tres años se han constituido en Menorca tres empresas de alquiler de campers y autocaravanas, aunque todavía suman una flota pequeña, unos diez vehículos.

Desde Camper Van Menorca, que nació en 2016, destacan precisamente el nivel de los turistas a los que alquilan: «Comen mucho fuera y gastan en Menorca», explica uno de sus responsables. Hace tres años abrió sus puertas Autocaravaning Menorca, desde donde subrayan que hacer turismo en estos vehículos-apartamento también es muy útil para «concienciar de lo que consumimos y los residuos que generamos». No en vano se dispone de un tanque finito de agua y hay que descargar residuos cada pocos días, todo un reto para los que están acostumbrados a abrir el grifo y que el agua nunca se termine.