Vídeo Meliá Son Bou | Binifilms

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Meliá Hotels sostiene que no hay excusas para que se le conceda la licencia necesaria para llevar a cabo la reforma que promueve del Milanos-Pingüinos de Son Bou. Así lo ha manifestado el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado del grupo, Gabriel Escarrer, un acto celebrado en su hotel de Cala Galdana.

El hallazgo de la licencia municipal con la que en 1970 se concedió la autorización para levantar las dos torres del establecimiento es el motivo por el que Escarrer sostiene que no hay motivos para el rechazo del Ayuntamiento de Alaior de la concesión del permiso para sacar adelante el proyecto de reforma. De hecho, la falta de licencia es uno de los argumentos que se han utilizado para frenar el proyecto que consolida las estructuras.

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La compañía ha detallado su propuesta, que se ejecutaría en dos fases. La primera, que responde a la licencia actualmente en tramitación en el Ayuntamiento de Alaior y que ya ha sido informada favorablemente por el Consell, implicará aligerar la fachada de las actuales torres, recortando la pantalla visual y creando habitaciones más grandes con lujosas terrazas, así como reduciendo ligeramente las alturas, de modo que parte de esos metros se trasladen en baja densidad a las zonas de plantas inferiores.

Tras esta actuación, el hotel, con menos habitaciones y estándares superiores a los actuales, podría pasar a la marca Meliá y a categoría cuatro estrellas superior, eliminando el sistema de todo incluido, y multiplicando así el gasto de los turistas en el conjunto del destino. Asimismo, al pasar a cuatro estrellas, el hotel incrementaría su plantilla media y el salario de los profesionales, redundando en un beneficio social directo.

La segunda fase del proyecto, valorada en 9 millones, solo podría comenzar una vez que la revisión del actual Plan Territorial Insular de Menorca permita recuperar la edificabilidad de las parcelas colindantes a las torres actuales, de modo que el hotel pueda «trasladar» parte de los metros cuadrados que eliminaría de las tres plantas superiores, a plantas bajas.
En esta fase, el hotel se desdoblaría en dos establecimientos, uno de cuatro estrellas superior y otro de cinco estrellas, avanzando en la reducción de alturas y en la elevación de los estándares, potenciando así los beneficios conseguidos con la primera fase de reforma y consolidando la mejora del destino.