Tramo de muelle que Autoridad Portuaria que se sustituirá en 2019 y que presenta severas deficiencias. | Gemma Andreu

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Autoridad Portuaria de Balears acometerá en 2019 dos obras de envergadura en el puerto de Maó. Han iniciado esta semana su proceso de licitación, suman un presupuesto de 5,4 millones de euros, sin contar impuestos, y la previsión es que ambas comiencen y acaben dentro del próximo año. Se trata, por un lado, de la construcción del ascensor de conexión con la ciudad en la zona del parque Rochina (1.042.315 euros) y, por otro, la renovación de un tramo de muelle de 63 metros lineales en la zona en la que suelen atracar los cruceros (4.329.808 euros), en la ribera sur, frente al mismo parque Rochina, con una anchura que se mueve en torno a los diez metros.

Esta parte del muelle, que se encuentra justo al lado de las dependencias de la propia Autoridad Portuaria, está en mal estado, con importantes deficiencias detectadas y, de hecho, ha superado la que se considera su vida útil. Fue construida en 1974 y ha sufrido ya algunos episodios de hundimientos del piso. En la descripción que aparece en el pliego de condiciones se da cuenta de que los informes realizados evidencian «indicios de graves problemas estructurales, tales que pueden indicar una próxima inestabilidad de la estructura». Se recomienda, ante este hecho, prudencia en su utilización. Elementos como las placas, los pilotes o las vigas presentan claros indicios de deterioro, según los estudios de los que da cuenta el mismo pliego de condiciones.

La losa del muelle será demolida y solo se mantendrán parcialmente algunos de los pivotes existentes sobre el que se sustenta. Los nuevos pivotes alcanzarán una profundidad de nueve metros, con la aplicación de un sistema conocido como claraboya.También se sustituye la escollera (terreno que está debajo del muelle), optando por un talud que reduzca el efecto de la agitación del agua y, por tanto, aumente la duración de la estructura.

Desde Autoridad Portuaria de Balears explican que este tramo del muelle quedará inutilizado durante el desarrollo de las obras, que el pliego de condiciones publicado esta semana establece en diez meses a expensas de que pueda reducirlo el contratista. En principio, los efectos sobre el tráfico marítimo, aseguran, serán reducidos. Por ejemplo, será muy difícil que puedan atracar dos cruceros al mismo tiempo en este muelle, lo que obligará a ajustar las previsiones de escalas o recurrir al Cós Nou.

Además, la actuación se aprovecha para la instalación de un colector, que permitirá acabar con los problemas de acumulación de agua en el vial del puerto que se producen cuando llueve mucho y llega el agua acumulada a través de la Costa de Ses Voltes. Cuando esto sucede, las actuales canalizaciones no pueden asumir esta cantidad y se desbordan. Esta infraestructura se dimensionará a las necesidades existentes para evitar que se reproduzcan estos problemas.

Ascensor

La segunda obra importante que se acaba de licitar y que se espera acometer en 2019 es el ascensor que unirá la Costa de Ses Voltes y las inmediaciones del Claustre del Carme, proyecto que se ejecuta en colaboración con el Ayuntamiento de Maó, financiado en su mayor parte por Autoridad Portuaria de Balears. La iniciativa contempla el acondicionamiento del tramo de acantilado y de los accesos. Para esta obra se contempla un plazo de ejecución de nueve meses. Las ofertas se pueden presentar hasta el 2 de noviembre, por lo que empezarán ya a comienzos de 2019 (salvo contratiempo, ante de las elecciones de mayo) con la previsión de acabar dentro del mismo año. Este proyecto ha sido motivo de controversia en cuanto que, en el anterior mandato, el PP decidió dedicar este dinero a unas escaleras mecánicas, pero con el cambio de equipo de gobierno se optó por el ascensor.