Durante los últimos meses ha llovido más, incluso con algunos episodios realmente caudalosos | Javier Coll

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La ecuación según la cual la proliferación de lluvias conlleva un incremento de las reservas hídricas, y con ello una mejora de la calidad general del agua, parece que no se está cumpliendo en Maó, uno de los municipios que en estos momentos está más castigado por la presencia de nitratos en sus depósitos. Los análisis correspondientes a octubre ofrecen guarismos muy elevados, con todos los depósitos por encima de los 50 miligramos por litro, cifra a partir de la cual se considera el agua no apta para el consumo. Cinco de estos superan los 59 miligramos por litro, algo inédito hasta ahora este año.

Las abundantes lluvias de los últimos meses han provocado que las reservas hídricas de la Isla aumentaran en octubre en nueve puntos, hasta alcanzar el 50 por ciento de su capacidad. No obstante, este incremento ha sido desigual en el conjunto de la Isla, con una mayor subida en la zona de Ciutadella y una evolución más estable en el resto de la Isla, lo que puede haber provocado este efecto nulo sobre la presencia de nitratos en los pozos de Maó.

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