La Asociación de Concesionarios del Automóvil de Menorca indica que las marcas se mantienen en la Isla pero ya no en forma de concesión sino como puntos de venta, lo que conlleva una pérdida en el nivel de atención y en puestos de trabajo, ya que las exigencias son inferiores | Gemma Andreu

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El sector del automóvil ha salido de la UCI pero aún sigue débil. Año tras año va mejorando su estado de salud lo que lleva a los concesionarios a estar más animados. Pese a ello, aún están a años luz de la plena recuperación. Tocado y casi hundido por la crisis económica, el mercado automovílístico tocó fondo en 2008 al vender menos de 900 vehículos. Desde entonces las cifras han ido mejorando (excepto en 2012 y 2013) de forma muy paulatina hasta llegar a duplicar esa marca de hace una década, según señala el presidente de la Asociación de Concesionarios del Automóvil de Menorca, Orestes Carreras.

Y es que los concesionarios y agentes de la Isla vendieron el año pasado 1.776 vehículos, lo que representa un incremento del 6,4 por ciento con respecto a las 1.669 unidades que se formalizaron en el año anterior. Se trata de un «incremento moderado» con el que «no desanimarse» aunque tampoco es para tirar cohetes, asegura Carreras. Y es que, si retrocedemos hasta el año 2001, cuando se tocó techo, se dieron de alta en torno a 7.000. Los datos, facilitados por la asociación, hacen referencia solo a las ventas realizadas por los concesionarios de la Isla de turismos, todoterrenos y derivados del turismo. No se incluyen en este cómputo aquellos vehículos que se compran en el exterior y se matriculan aquí como ocurre con algunos coches dedicados al sector del rent a car.

Carreras indica que la Isla crece al ritmo nacional, que ha aumentado sus ventas un 6,9 por ciento. No obstante, se distancia del ritmo balear que tan solo ha crecido un 1,1 por ciento. Pese a ello, reflexiona que Menorca debería estar vendiendo unos 4.100 vehículos (el 10 por ciento de lo que se comercializa en Balears) y está a menos de la mitad. Esto demuestra que «tenemos una economía que se sitúa por debajo del nivel autonómico», lamenta.

Los concesionarios «sobreviven a duras penas y algunos ni tan solo eso», como ha ocurrido con Autos Alayor, que echó el cierre. Carreras advierte que la Isla ha perdido concesionarios, convertidos ahora en puntos de venta, con lo que ello conlleva tanto en «pérdida del nivel de atención como en puestos de trabajo».

Los concesionarios consultados apuntan a unas oscilaciones en las ventas que han venido motivadas por varios factores. Se paralizaron las transacciones después de que el Govern declarara la guerra al diésel. «Se pararon las ventas, en nuestro caso el diésel es un mercado pequeño, se notó», explica Tolo Vinent, jefe de ventas de Autos Nigorra. Se lanzaron políticas comerciales beneficiosas para sacar los stocks de vehículos homologados con la anterior normativa sobre emisiones. Este hecho animó las ventas. Pero tuvo sus consecuencias. Y es que en meses posteriores se ralentizaron ya que los concesionarios no disponían de tanto stock, creció el tiempo de entrega y los precios no eran tan interesantes. Vinent apunta también a la «falta de confianza» del consumidor cuando se producen cambios en política. «La gente, tras haber vivido una crisis, es mucho más sensible a estos temas». Por su parte, desde Autos Magon aseguran que el año ha sido bueno, en especial en cuanto a los coches híbridos tras la demonización del diésel y la mayor sensibilización medioambiental.