Sa Colàsrsega del puerto de Maó.

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El GOB Menorca ha pedido que el Plan General de Puertos de Baleares incorpore un análisis sobre la capacidad de carga náutica de las islas, así como del nivel de saturación que se está produciendo en determinados puntos y en concreto en el litoral menorquín, que consideran que está superando su capacidad de carga.

Los ecologistas han presentado diversas alegaciones al Plan General de Puertos que se encuentra en exposición pública, referentes a Menorca. Consideran que el borrador incorpora «elementos interesantes» para no depender siempre de los amarres, como las rampas de varada y los estacionamientos de embarcaciones en tierra.

En las alegaciones, el GOB expone los peligros potenciales de las rampas de varada, que implican a menudo puntos donde se llevan a cabo reparaciones y mantenimiento de embarcaciones, actividades que generan residuos altamente contaminantes. Por ello, solicitan la prohibición de estas tareas y que el plan contemple espacios que garanticen un control de líquidos, sólidos y aerosoles.

Por otro lado, han remarcado la necesidad de concretar los aparcamientos vinculados a las rampas de varada. El Plan cita posibles ubicaciones pero sin detallarlas. Esta falta de concreción, según el GOB, impide valorar adecuadamente si los impactos a generar pueden estar equilibrados con los servicios que se quieren ofrecer.

También han denunciado que el Plan General de Puertos incrementa la presión humana sobre zonas que hace pocos años ya experimentaron ampliaciones como el puerto de Addaia, donde se suma una zona que duplica la lámina de agua. Recuerdan que en la zona adyacente de Cala Molí se reorganizó incrementando substancialmente el número de amarres.

Además, son partidarios de analizar cada cala y playa, con el fin de obtener una ordenación básica que no tenga en cuenta la zona dedicada a los bañistas y a las áreas con hábitats submarinos de interés, y defina la capacidad para barcas. La suma de las diferentes ubicaciones dictaminará la posibilidad de carga náutica.

Los ecologistas han advertido de que la excesiva presión náutica sobre una determinada zona degrada su atractivo, afectando al fondo marino, contaminando las aguas y masificando el litoral.