La finca con los cuatro bouers, no aparecían en la ortofoto de 2010 y sí en 2012, por lo que el GOB deduce que su construcción data de 2011.

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La licencia de obras para el agroturismo de Son Vell, de 109 plazas, es para el GOB, «un claro ejemplo que demuestra la necesidad de regular con más lógica los alojamientos turísticos del campo». Tanto el elevado aforo como, sobre todo, el cambio de uso de boers de reciente construcción alimentan su denuncia.

Admite lógico que la casa antigua y principal del lloc albergue 15 habitaciones para la actividad turística porque responde al concepto de agroturismo como actividad complementaria a la agraria propia de la finca. Pero considera fuera de toda lógica distribuir el resto de las plazas en los boers, cuatro de los cuales «son de tipología moderna y acabados de construir», asegura.

Según el GOB, esos cuatro edificios fueron construidos entre 2010 y 2012 para ser destinados a actividades agrarias. Se basa en ortofotografías de las citadas fechas, que muestran la finca sin los citados boers en la primera fecha y su existencia dos daños después. Denuncia que «ni tienen prestancia arquitectónica» ni han tenido tiempo de «haberse quedado obsoletos para la actividad que supuestamente fueron construidos».

Opina el grupo ecologista que para las personas que se ocupan sobre los usos lógicos del territorio resulta «indignante ver que se tramitan nuevos edificios con supuestos usos agrarios» y que al cabo de cuatro días son reconvertidos a otras finalidades.
Reclama finalmente a la Administración la necesidad de incorporar unos criterios sobre antigüedad mínima, características arquitectónicas determinadas y un máximo de plazas por establecimiento para evitar casos así.