El conseller Martí March visitó el ‘Pasqual Calbó’, así como el ‘Pintor Torrent’ y el Mare de Déu de Gràcia | Javier Coll

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Las obras de mejora del polideportivo del instituto Pasqual Calbó i Caldés se han hecho interminables. El inmueble se cerró en junio del año pasado y no se ha podido volver a utilizar por la comunidad educativa ni por colectivos deportivos que hacían uso del mismo. Y la Conselleria de Educación no quita ojo a la empresa, a la que considera única responsable de este desaguisado.

La Conselleria adjudicó el proyecto de sustitución de la cubierta del polideportivo, que era de fibrocemento, y el cambio del pavimento, a una empresa local. En verano pasado la empresa sustituyó la cubierta que debía ejecutarse fuera del curso escolar ya que requería vallado y seguridad del recinto. Se llevó a cabo cumpliendo plazos. También puso la nueva cubierta metálica correctamente y el primer revés llegó con las canales de recogida del agua de lluvia. El Ibisec le advirtió que no eran las previstas en el pliego, pese a ello, la empresa le desoyó y las instaló, según señala Educación. Pasado el tiempo y múltiples requerimientos, ya las ha sustituido por las correctas.

Además, instaló el pavimento sin nivelar el suelo «haciendo de nuevo caso omiso» al Ibisec que le advertía de que debía adaptar la base. Una vez instalado se detectaron «ondulaciones inadmisibles». La constructora defendió que el pliego no coincidía con la realidad del suelo y pese a presentar un documento con el que pretendía corroborar su versión «no hizo más que reafirmar que la base estaba tal como indicaban los pliegos», indica la Conselleria. «Quitaron el pavimento ya instalado echando a perder 35.000 euros. Para retirarlo, quedó el adhesivo, echaron disolvente...», agrega.

Ahora tiene la cubierta instalada y la base preparada con el autonivelado del suelo. Tras el proceso de secado ya podrán instalar el nuevo pavimento. Es la empresa la que asume los costes extra.

El conseller de Educación Martí March, visitó ayer el centro y aseguró que sus previsiones son que después de las fiestas de Semana Santa hayan concluido las obras. «Cada uno debe asumir su responsabilidad, nosotros estamos presionando a la empresa para que cumpla, lamentamos que no se hayan cumplido los plazos». Y después de que finalicen las obras, evaluarán la actuación y analizarán posibles sanciones. Las obras debían estar acabadas al inicio del curso.

El ascensor que se ha instalado en el CEIP Mare de Déu de Gràcia también sufre las consecuencias del incumplimiento. Lo ejecuta la misma empresa. Quedan algunos flecos pero «la finalización se alarga». Falta pulir el pavimento, ajustar puertas y hacer las pruebas de estanqueidad. Están acabadas en un 95 por ciento. Pero no se pueden recepcionar aún.