La valla que corta el paso a vehículos ha sido fijada al suelo.

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La calle Josefa Rossinyol de Ciutadella suma ya cerca de nueve meses cortada al tráfico rodado. El cierre se efectuó durante el transcurso de las obras en Mossèn Salord i Farnés, su calle perpendicular, que tuvieron una duración de medio año (de julio a diciembre). Sin embargo, cuando los trabajos finalizaron y se reabrió la calle reformada, se mantuvo la valla que corta el paso a los vehículos en Josefa Rossinyol.

Según explican los vecinos de esta zona, el motivo es el peligro de derrumbe que corre el puente situado en el tramo inicial de esta calle, tal y como se detalló, en un principio, con un cartel informativo. Así lo trasladaron, también, agentes de la Policía Local a algunos vecinos. Pese a la amenaza, cabe destacar que el acceso continúa abierto al tránsito de peatones.

Pendientes del Ayuntamiento

Por otra parte, el hecho de que algunos conductores desplazaran la valla para poder circular por el puente hizo que se detectaran anomalías en el cruce entre Josefa Rossinyol y Mossèn Salord i Farnés, a raíz de las obras ejecutadas en esta última.

«Ha quedado una pendiente que hace que la mayoría de coches, al salir de este cruce, rocen el suelo o, algunas furgonetas no puedan acceder porque tocan el techo», aseguran los vecinos consultados por este diario.

De momento, desde el Ayuntamiento de Ciutadella se ha fijado la valla al suelo para que no se retire y, aunque se han reconocido ambos problemas a los vecinos, todavía no se ha anunciado ninguna medida para solventarlos.