Caras de sorpresa entre los turistas que, a las barreras para acceder a la finca de Son Camamil·la, debían dar media vuelta e irse | Javier Coll

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Dos carteles ubicados antes de acceder al camino. Las barreras de acceso a la finca de Son Camamil·la medio cerradas. Y dos informadores atentos y sin quitar ojo a la actividad rodada. Pese a ello, en las primeras tres horas de la restriccion del tráfico, intentaron acceder a la zona de Favàritx medio centenar de coches que no tuvieron más remedio que dar la vuelta y buscar otro rincón.

Y es que este sábado empezó de nuevo el servicio de bus para acceder tanto a Favàritx como a Macarella, única alternativa motorizada. Y la medida volvió a coger desprevenido a algún que otro turista, en especial, a los que decidieron acceder al faro de Llevant. Allí, los conductores reducían velocidad al percatarse de que las barreras estaban medio cerradas. Y bajaban la ventanilla para preguntar qué ocurría. Había un informador de la empresa JAP -contratado de forma provisional hasta que se resuelva el concurso del Govern- y otro celador ambiental terrestre del Ibanat, que ayer daba apoyo al informador.

Macarella estrena bus

En el caso de Macarella, tanto el servicio de coordinación de playas como la Policía Local informaban de que el cierre a los coches se había puesto de nuevo en marcha sin incidencias y con total normalidad. El gerente de Autocares Torres, Isidro Bellota, informaba que este sábado se inauguró un nuevo bus que, pese a tener el mismo número de plazas, 30, es un vehículo «más estrecho, más corto y más robusto de lo normal», indicado para este tipo de rutas.

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