Viviendas dispersas con viales marcados pero rellenados con gravilla. La zona no está urbanizada. | Josep Bagur Gomila

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En zona turística y sin turistas (o se pueden contar con los dedos de la mano). En zona turística y sin nombre ni número de calle. En zona turística y sin alumbrado público. Pero viven en el paraíso, como si estuviesen en la luna, aseguran. Nueve viviendas, ocho chalés adosados y dos grupos de apartamentos son los únicos ‘residentes’ de la zona de Punta Grossa II, una urbanización que sigue sin desarrollarse pese a que el PTI de 2003 destinaba sus casi 300.000 metros cuadrados a crecimiento del litoral.

La zona no ha sido urbanizada. Por eso, las calles solo se intuyen debajo de un paso de gravilla marcado por la aridez. Tampoco hay alumbrado público ni nombre de calles. Y las viviendas no gozan de servicios públicos.

Pero todo apunta que esta situación va a cambiar. El alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller, explica que el plan parcial para desarrollar la zona ya ha sido aprobado por el Ayuntamiento y actualmente se está informando la reparcelación del ámbito para poderle dar vía libre. Este trámite permitirá conocer la superficie de cada solar y, por tanto, cómo van a repercutir los costes de la urbanización. Será luego cuando venga este proyecto para dotar la zona de calles, alumbrado y servicios.

Es un Área de Reconversión Territorial (ART), una figura creada en el PTI de 2003 y que el avance del nuevo documento en el que ha trabajado el Consell mantiene. Posibilita la creación de 525 plazas residenciales. No obstante, el documento otorga la posibilidad de cambiar la tipología edificatoria de vivienda unifamiliar aislada a vivienda adosada o similar en casos excepcionales en los que no se pueda llegar a definir un plan parcial. Y con ello, el número de plazas resultante del cambio de tipología puede generar un incremento máximo del 50 por ciento. Ello supondría que la zona tendría una capacidad para 788 plazas. También se podría exigir 300 metros cuadrados en vez de 600 como parcela mínima de vivienda.

Además, hay que indicar que la zona cuenta con otra ART que, aunque forma parte de Punta Grossa I, linda con la otra Área de Reconversión. En este caso, se permite la construcción de un hotel con capacidad para 450 plazas. Según anuncia el alcalde, también hay interés para hacer posible su desarrollo. Así se lo han hecho saber los promotores en una reunión mantenida recientemente. Y en lo que respecta a la zona ya desarrollada, el nuevo PTI establece 139 plazas vacantes. Actualmente existen 404 plazas turísticas. Ametller es claro en advertir que el crecimiento urbanístico es lento y todos estos movimientos que empiezan a generarse no se ejecutarán en un corto plazo de tiempo.

Los pocos vecinos que gozan del privilegio de residir en una zona sin prácticamente habitantes manifestaban ayer su deseo de que la zona no evolucione. La familia de una de las viviendas más próximas a la costa aseguraba que «si tuviéramos que llegar en burro lo haríamos, estamos encantados con que no haya luz ni calles asfaltadas». Ángeles, otra propietaria madrileña de un adosado que veranea en la Isla desde el año 2001, resaltaba que «estamos en el paraíso, pero queremos servicios, tendremos que acabar ejecutando la acera nosotros, así no se puede estar. Queremos que se adecente la urbanización, si me tienen que mandar un paquete, la calle no tiene nombre, deseamos que nos mejoren las calles y nos pongan alumbrado, pagamos el IBI como los demás».

Y Lola, otra propietaria madrileña indicaba que «no hay gente, no hay ruido y tenemos las mejores vistas del mundo, no quiero nada más».