Entrada al Servicio de Urgencias del hospital Mateu Orfila | Javier Coll

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«Acudimos con mi madre de 84 años al Canal Salat porque no se encontraba bien y desde allí nos mandaron al Mateu Orfila. Eran las diez de la mañana, en el primer cribado la clasifican con el último nivel de preferencia. No la llamaron hasta las cinco de la tarde». Es el testimonio de la hija de una paciente, que sufrió una demora de siete horas en las Urgencias del Hospital el domingo pasado, el último de agosto.

El caso revela la situación vivida por este servicio, que este verano ha registrado un incremento de la presión asistencial de un 10 por ciento respecto al anterior. Las demoras en las picos de mayor afluencia se han producido en general a partir de las 12 del mediodía, hora en la que se suman los pacientes derivados de las Urgencias de los centros de Atención Primaria. La demora media ha sido de entre cuatro y seis horas, por lo que el caso de la familia de Ciutadella no ha sido nada extraño. Esa misma jornada hubo pacientes que aguantaron una espera parecida.

Fuentes del sindicato médico aluden a la población turística, el colectivo de mayores, con cuadros que podrían ser atendidos en centros sociosanitarios, y el mal reparto de las urgencias por falta de información o educación sanitaria con los centros de atención primaria. Es la misma realidad que viven todas las zonas turísticas de España y no se corregirá hasta la ampliación de los servicios de urgencias.

En el caso del ‘Mateu Orfila’, el último acuerdo de refuerzo de la dotación se está cumpliendo, un factor valorado por los profesionales. Rebajar la presión de Urgencias del Hospital empieza por mejorar la capacidad de los centros de Atención Primaria y evitar el colapso.

Ello implica, entre otras medidas que pueda estar estudiando el Servei balear de Salut, reforzar los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP). Sirva como ejemplo que en invierno solo hay un médico, o dos los fines de semana, en Dalt Sant Joan y además está muy limitado de medios diagnósticos.

Otro factor de alivio descansa en los médicos de familia, pero también sufren sobrecarga de trabajo. La demora de una cita oscila entre cinco y diez días, circunstancia que lleva a algunos pacientes a optar por Urgencias para una más pronta asistencia.

Esa opción supondría fijar un promedio de 1.400 tarjetas sanitarias por médico, equivalente a distribuir los pacientes entre diez médicos más de la plantilla actual, que son 45 médicos de esta especialidad en la Isla. De ese modo, también mejoraría el cupo de pacientes que cada médico atiende a diario, «una mejor atención primaria repercute sobre todo el sistema», resume el delegado del Sindicato Médico en Menorca, Claudio Triay.