Imagen de archivo de la escuela de música de Es Mercadal. | Gemma Andreu

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Preocupación. Decepción. Reflexión. Y solicitud de enmendar la partida. Con estas palabras se han dirigido el Consell y los ocho ayuntamientos de la Isla -de forma conjunta y contundente- al conseller balear de Educación y Universidad, Martí March, con respecto al tijeretazo a las ayudas para las escuelas de música y que deja la asignación a cada centro con un presupuesto «exiguo» y, por tanto, con un apoyo «en absoluto significativo».

La misiva remitida ayer al Govern exige que durante el trámite parlamentario para la aprobación de los presupuestos, se enmiende la partida inicial para que quede dotada, al menos, con los mismos 500.000 euros que se habían presupuestado para este ejercicio.

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Transmiten al conseller March preocupación frente a que los presupuestos de 2020 reserven solo una partida de 250.000 euros.

Recuerdan en la carta que a finales de 2018 recibieron «con gran satisfacción» la noticia de que el Govern recuperaría la convocatoria de apoyo a las escuelas de música, ya que «hacía nueve años que había desaparecido», con una dotación de 500.000 euros. La primera decepción llega cuando se les notifica que pese a estar presupuestada, la convocatoria no iba a materializarse. Y ahora, nuevo revés. Los presupuestos recortan la partida a la mitad.

También piden un modelo de educación musical pública con rasgos distintos para cada isla. Se ha configurado una realidad diversa y plural. El conseller Miquel Àngel Maria indica que el modelo de la Isla no se dirige tanto a la profesionalización, como sí ocurre en Mallorca, y se orienta más a una pedagogía más libre y complementaria, de ahí la necesidad de desarrollar un modelo musical propio (a través de un nuevo Pla d'Ensenyaments Artístics). Las escuelas de música cuentan con unos 2.000 alumnos; el Conservatorio con unos 270, de ahí que los ayuntamientos no comparten que el Govern no invierta en las escuelas, ya que «si es autoridad educativa lo es para todo», concluye Maria.