Parque solar de Son Salomó | Josep Bagur Gomila

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Los promotores de la ampliación del parque fotovoltaico de Son Salomó y las entidades proteccionistas del paisaje cultural de Punta Nati están a punto de cerrar un acuerdo. El proyecto sufrirá un nuevo recorte, excluyendo algo más de 43 hectáreas del área de crecimiento prevista en la última versión del proyecto. Como consecuencia –más allá del blindaje territorial de los bienes etnológicos de la zona– la puesta en marcha de la instalación se encarecerá ya que la sociedad promotora deberá acudir al mercado en busca de placas más eficientes –y caras– para mantener la potencia prevista, casi 50 megavatios, en un espacio de terreno más reducido. Todo ello para lograr un menor rendimiento energético y económico.

Uno de los promotores del parque ya avanzó a este diario que la pérdida económica se calcula en unos cinco o seis millones de euros a lo largo del periodo de vida útil de Son Salomó II. ¿Cómo se traduce eso en la merma de generación eléctrica anual y en los objetivos del plan de descarbonización de Menorca a diez años vista? Según ha podido saber este diario, el recorte de la extensión del parque, que obligará a concentrar más placas en menos hectáreas, supondrá una rebaja de rendimiento de los paneles de alrededor del cinco por ciento en la producción anual prevista inicialmente para el parque. Para hacerse una idea del calado del perjuicio para las expectativas de producción eléctrica renovable, hay que tener en cuenta que ese cinco por ciento equivaldría a perder un parque solar de 2,5 MW de potencia (la actual planta tiene tres megavatios de potencia pico).

Desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern valoran hasta qué punto ese recorte del parque más emblemático de la transición energética de Menorca afectará a su ambicioso calendario de objetivos para llegar al 85 por ciento de renovables en el año 2030. El director general, Aitor Urresti, admite que «un cinco por ciento puede ser importante y nos obliga a cubrir otros 2,5 megavatios que no estaban previstos», sin embargo, a pesar de reconocer que están «preocupados», asegura que «no se trata de una reducción crucial» y que, en cualquier caso, «no va hacer que se desbaraten los objetivos de la Menorca 2030».

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Urresti recuerda que la ampliación de Son Salomó no es el único proyecto de renovables que se está gestando en Menorca y considera que para valorar el grado de afectación de la reducción del parque a los primeros objetivos de la Estrategia Menorca 2030 –alcanzar el 20 por ciento de generación renovable en 2020 y el 35 por ciento en 2025– hay que esperar a ver cómo se desarrollan el resto de parques solares que están en tramitación.

La empresa promotora del parque de Son Salomó, Ceconat SL, sigue adelante con el proyecto y ha descartado reducir la potencia del parque. De hacerlo –y siempre y cuando esa merma no fuera de menos de la mitad de lo previsto inicialmente– vería como la ayuda pública de la subasta de renovables se reduce de forma proporcional. Renunciar directamente al proyecto le supondría perder el millón de euros (20.000 euros por megavatio) que ha depositado como garantía.

Con la nueva reducción prevista del parque –que pasará de algo más de 100 hectáreas a 68,3– desde que el proyecto obtuvo la declaración de interés general en el año 2013, los promotores ya han accedido a rebajar el proyecto hasta un 60 por ciento. No en vano, inicialmente el nuevo Son Salomó iba a ocupar una extensión de alrededor de 173 hectáreas.