Imagen del fin de semana cuando Podemos rindió cuentas a los ciudadanos | Gemma Andreu

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El congreso que Podemos va a celebrar el próximo 21 de marzo prevé aprobar el fin de uno de sus mecanismos más famosos, el límite del techo salarial de sus cargos a tres salarios mínimos. La medida, que se incluyó en el código ético de Podemos en 2014 pretendía que los políticos no se enriquecieran cuando en aquel entonces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) era de 645 euros. No podían cobrar más de tres veces esta cuantía.

No obstante, ese salario mínimo ha ido aumentando (actualmente está fijado en los 950 euros) y, por tanto, los límites para los cargos públicos son cada vez más amplios. En estos años, algunos políticos han dejado de aportar al partido porque cobran una cuantía inferior a este umbral. Y por tanto, no hay obligación de donar. Además, por cada hijo se suma medio salario mínimo ampliando, por tanto, el límite.

En Menorca, la medida tiene pocos efectos. Aportan al partido tres dirigentes. Son la consellera balear de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Mae de la Concha; la diputada autonómica por Menorca Cristina Mayor y la directora insular de Vivienda, Paula Ferrando.

Por su parte, se quedan por debajo del límite (cobran menos del umbral) la consellera de Vivienda, Ocupación y Cooperación Local, Cristina Gómez y la directora insular de Ocupación, Nati Benejam, al tener cargas familiares. Tampoco llegan al límite los dos concejales de Ciutadella, Sergio Servera y Carla Gener, ni el administrativo contratado.

La coordinadora insular de la formación morada, Nati Benejam, indica que el SMI servía como medida pero «viendo las subidas y las expectativas de que acabe subiendo más, si continuamos con los tres salarios mínimos podría acabar siendo un sueldo excesivamente alto» desvirtuando el objetivo inicial. Es por eso que la formación propone ahora cambiar el sistema para que todos aporten.

La propuesta supone sustituir ese tope por otro que se establecerá mediante porcentajes sobre el salario percibido y que oscilarán entre el 5 y el 30 por ciento.

Pese a desconocer aún cómo se distribuirán estos porcentajes y bajo qué criterios «nos parece bien que exista un mínimo de aportación». La idea es que tenga mayor impacto que el modelo que se aplica ahora.

Benejam recuerda que pese a los incrementos que ha sufrido el salario mínimo interprofesional, «nosotros aún nos guiamos por el anterior a las dos últimas subidas y que está fijado en los 735 euros» (de 2018).

Y agrega que para el partido es «muy importante» no depender de entidades financieras y «no tener cuentas pendientes con nadie ni deber favores a nadie» por lo que este modelo «nos garantiza la independencia económica a diferencia de otros partidos».